Ataque Personal
A veces nos pasan cosas insólitas, cosas que nos hacen recordar que existe la maldad en este mundo y que de una u otra forma nos perseguirá, simplemente por el hecho de existir.
Anteriormente he comentado que tengo problemas con una persona de la oficina, que me persigue laboralmente insistiendo una y otra vez con lo mal que hago mi trabajo.
Afortunadamente ella es la única que piensa que mi trabajo es malo.
Su persecución ha llegado a puntos insospechados, donde yo he podido comprobar que es ella quien borra los ingresos que yo realizo en los sistemas y luego dice que no hago mi trabajo. Los sistemas computacionales dejan huella y no es necesario ser un hacker para ingresar y ver el historial de ingreso y los cambios realizados en él.
Pero nunca he llevado estos informes a su superior porque no me parece decente. Es algo que de una u otra manera a ella le va a pasar la cuenta.
¡Por Dios! Siempre que me topo con un enemigo recuerdo a Marcelo cuando me preguntaba por qué siempre tengo enemigos. Realmente no lo sé, lo pienso una y otra vez y no encuentro una explicación lógica para que de tiempo en tiempo aparezca alguien haciéndome la vida imposible. ¿Será mi forma de ser abierta y sincera?
Bueno, lo que les voy a contar ocurrió el viernes por la tarde, un cuarto de hora antes de la salida
Como buena fanática del Rally y de las tuercas, este año me hice de una botella de agua con el logo del Dakar, es muy bonita, acrílica con base metálica y esa boquilla típica de las botellas deportivas.
A las 18:15 fui a la cocina de la oficina a llenarla de agua para el viaje de regreso a casa, la llené, la dejé sobre el mesón y recordé que tenía que llevarme mis cosas del almuerzo, recogí mis cosas, las puse en el bolso y me fui a mi puesto de trabajo dejando olvidada la botella sobre el mesón.
En eso vino la señora del aseo a pedirme las llaves para cerrar la reja de la cocina. Le pasé las llaves y le pedí que me trajera la botella que estaba con agua sobre el mesón de la cocina. A su regreso me informa que la botella no está.
Extrañada me levanté de mi asiento y fui a comprobar yo misma que la botella no estaba. Me puse a buscarla, abrí cajones y gavetas, incluso entré al baño sabiendo que no la había dejado ahí, pero por si acaso me había volado y no recordaba haber entrado.
Nada.
Con una mezcla de tristeza y molestia llamé a mi jefa y le conté que alguien había sacado mi botella que había quedado llena con agua sobre el mesón de la cocina. “Ay María Pilar, no puede ser! Tiene que estar ahí y tu no la ves”
En eso se acercaron dos chicas amorosísimas por lo demás que trabajan en Capital Humano, cuando me vieron la cara larga se acercaron y me preguntaron qué me pasaba, les conté y me dijeron que era imposible que no estuviera porque ellas la habían visto cuando habían ido al baño. Y partieron a la cocina a buscar mi botella.
En eso bajó mi jefa y también partió en la búsqueda de la dichosa botella.
Pocos minutos después me llamaron. La habían encontrado vacía en la basura.
Ni ellas ni yo podíamos creer que alguien hubiese sido tan mala clase como para haberla tomado, haberla vaciado y luego haberla puesto dentro de la basura. No es una botella desechable que alguien reutiliza una y otra vez, es una botella especial que toda la oficina me ha visto, por lo tanto, quien la haya tirado a la basura, sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
Nadie vio nada, nadie puede acusarla, pero todos saben que ella es la única persona que me tiene el suficiente odio como para hacer algo así.
Pero pasó el límite de lo tolerable, cruzó la línea de lo que una persona normal es capaz de hacer. A uno le puede caer mal una persona pero de ahí a meterse con sus cosas personales es otra cosa.
Ayer le comenté el hecho a la Jefa de Capital Humano, sin dar nombres, sólo comentando el hecho porque no tengo pruebas concretas que fue ella, sólo la presunción. Ahora, el problema es que todas las personas que saben lo que ocurrió presumen que fue ella.
Se fue de vacaciones por tres semanas, por este tiempo respiraré tranquila, haré mi trabajo tranquila y esperaré a ver qué pasa.
Comentarios
A envidiar se aprende de pequeña por carencias afectivas o materiales, piensa que esa persona debe aprender algo de ti y tu algo de ella, por ello te has topado en este minuto de la vida.
calma y sabiduria.