Sobrepasada
¿Qué se
hace cuando la pena te sobrepasa?
Esto está
siendo más difícil de lo que esperaba. La pena que inunda mi alma a veces es
más fuerte que yo. He pensado recurrir a un sicólogo pero la verdad es que no
es mi estilo.
No me digan
que los sicólogos son buenos, no es que los desmerezca pero las pocas veces que
he ido a uno, me he sentido extraña, no he entrado en confianza con ese
profesional que se supone tiene la clave para aliviar mi alma.
Me cuesta
exteriorizar en palabras lo que siento en el corazón. Por eso me es más fácil
escribir. Cuando escribo lo hago al aire, no a una audiencia en particular. Si
alguien lee y se siente identificada con mis palabras, bien. Pero si nadie lee,
no me importa, también está bien porque a través de la palabra escrita dejo
fluir mi sensaciones y emociones.
Eso es lo
que necesito.
Las
constantes peleas con Mr. Right me han dejado emocionalmente agotada. Ya no
puedo más. Todos los días me debato entre la ira y la pena.
Me
desespera que no me dé una respuesta concreta a mis preguntas, me deja en el
aire y de verdad no sé qué pensar sobre las cosas que me dice. Es como el juego
del gato y el ratón: un día yo soy el gato y al siguiente cambiamos posiciones.
Me siento
perdida. Esto no tiene vuelta atrás. La relación llegó a un punto de quiebre
total donde lo único que quedan son reproches y recuerdos.
Lo peor son
los reproches, los eternos “yo te dije” “yo creí” “yo pensé” y sin respuesta.
Eso me descoloca y deja mi ira por las nubes.
Ha llegado
a tanta mi ira que a veces siento que voy a explotar.
Algunas
personas me han recomendado que lea libros de auto ayuda. ¿Qué libro leer? Me
recomiendan varios, el problema es que leo la primera página y me aburren,
algunos son demasiado técnicos y otros muy lentos en su desarrollo y con un
lenguaje lejano. No soy capaz de mantener la atención en ninguno de ellos.
En varias
ocasiones he intentado comenzar a leer “Las mujeres que aman demasiado” muchas
de mis amigas lo han leído pero yo no puedo. Algo me pasa con el tema de la
ayuda emocional.
¿Será que
interiormente no quiero ayuda? ¿Será que me gusta sufrir? ¡Pero cómo tan tonta!
Nadie que
conozca quiere sufrir, al contrario, la naturaleza humana pugna siempre por ser
feliz, el hombre busca satisfacer sus necesidades básicas para ser feliz. El
concepto de felicidad es complejo, pero sin lugar a dudas es una de las metas
que busca cualquier persona.
A lo mejor
tengo algún trastorno el cual me hace buscar la infelicidad a través de la
autoflagelación y la depresión.
Como sea,
no me puedo acordar de las benditas pastillas que me mantenían feliz.
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