Día de los Inocentes

Todos los años el 28 de diciembre nos vemos enfrentados a las eternas bromas del día de los Inocentes. Realmente no sé muy bien de dónde viene esta tradición, pero las noticias, los diarios, todos los medios juegan con este tema publicando grandes titulares sobre cosas que no son verdad.

¿Será que la enfermedad de la Señora K es una broma? ¿O que la contra demanda de los jugadores del Bautizaso también es una broma?

Como sea, esta noche tengo mi tradicional Cena de los Inocentes con mis amigas. Es una cena a la cual sólo asisten 6 personas y entre las cuales se rifa el lavado de platos. Es entretenido porque es una instancia para compartir, reir y vernos de vez en cuando.

Este año tuvimos que cambiar a dos de los comensales porque una dijo que no podía y la otra… bue… la otra está enojada a muerte con nosotras y espero que se mantenga lejos de mi vida por mucho tiempo si no es para siempre.

Hay muchos inocentes en esta vida, yo soy muy inocente para muchas cosas, creo que recién hoy día estoy aprendiendo a ver la maldad de la gente, a darme cuenta que no todo son buenas intenciones en la gente que aparenta darte una mano. Me ha costado mucho este tema, he dejado la mitad de mi corazón regado por la calle por no poder entender este punto.

Ayer tuve una linda noticia, una amiga está embarazada. Lo tragicómico fue que cuando le pregunté cuánto tiempo de embarazo tiene, me contestó “31 semanas” Me quedé callada… por Dios si está por tener ese bebe!! Dónde estuve yo todo este tiempo? A veces dejo pasar demasiado tiempo para comunicarme con la gente que quiero, pero nunca me había dado cuenta que a veces se me pasaba la mano.

Ahora mismo estoy dejando pasar un poco de tiempo antes de volver a comunicarme con Mister Right. Van cuatro días sin comunicación con él. No sé si me está echando de menos, pero esa es mi intención: que me eche de menos.

¿Y si no lo hace? Pues si no es así, tendré que comprender que entonces no era lo suficientemente bueno para mi, que lo que alguna vez dijo que sentía no era tanto y sólo adornó sus palabras.

En fin, tampoco es para morirse, la relación hace rato que está algo desgastada porque no soporto esa idea fija que tiene de encontrar otra persona o que yo encuentre otra persona. No logro entender por qué no puede abrir bien los ojos y comprender que lo que tiene al lado le basta y le sobra.

A veces creo que el problema no es él, sino yo. Que no soy lo suficientemente buena para él. A lo mejor necesita una mujer más interesante, con un gran título enmarcado detrás de un escritorio, con un gran roce social y yo soy sólo yo. Una mujer común y corriente que cuenta su vida por Internet.