Sueños
Mis sueños me tienen agotada, no puedo dormir, no quiero dormir; todas las noches tengo tres o cuatro sueños que más parecen pesadilla que otra cosa.
Me he estado distrayendo en averiguar qué significan mis sueños ¡Grande Freud! Porque todo lo que he logrado descubrir es que el señor este sabía muy bien de lo que hablaba.
De todas formas, quisiera un segundo de paz para dormir en forma decente. Más encima, el sábado por la noche tuve unos cólicos estomacales que me duraron hasta ayer por la tarde. Por eso no escribí, porque me sentía muy mal, aparte del dolor casi crónico, apenas había dormido.
Yo debiera hacerle más caso a mis dolores. En una ocasión, cuando me fracturé muñeca y tobillo a la vez, el doctor no podía creer que llegué a verlo más de 24 horas después del accidente. Recuerdo que me preguntó cómo había logrado dormir; yo esa noche dormí sin problemas. Me dijo que yo tenía el umbral del dolor muy alto, por lo tanto, tenía que hacer más caso a mis "pequeños dolores" porque en realidad, no eran tan pequeños.
En fin, estoy acostumbrada.
Pasando a otro tema, a que ni se imaginan quien vino el día de ayer con regalo y todo... la misma, mi hermana. Bueno, no sé... me quedo medio en la nebulosa pensando si lo hizo por ella o por los niños. Igual se agradece que una semana después se haya acordado de mi cumpleaños, pero jamás olvidaré que una amiga manejó desde Curicó a Santiago sólo para decirme feliz cumpleaños y ella no fue capaz de levantar el teléfono y hacer lo mismo.
El miércoles me junté con la señora jueza y la señora consejera a tomarnos un traguito. Estuvo rico, fue el primer día que llovió en Santiago en forma decente en lo que va de este año. Al otro día amaneció despejado, un lindo sol, tenía invitación a la hora de almuerzo en la casa de la Xole. Todo rico, desde el ceviche de aperitivo, pasando por el mariscal de entrada, hasta el pescado frito de fondo. No fui capaz de comer ni pejerreyes, ni postre: me quedé en el cafecito no más.
A todo esto, no he hecho ninguna mención al respecto, pero como ya está a punto de concretarse les cuento que una editorial virtual se interesó por algunas cosas que he escrito. Ya está registrado a mi nombre, ya me enviaron el contrato de edición, les hice algunas sugerencias y el contrato ahora estaría en revisión para corregir algunas cosas; dentro de poco saldrá a la venta en formato digital algunos relatos míos a través de la web. Cuando esté todo listo, agregaré el link aquí para que le den una vuelta y, si se interesan, compren mis relatos.
Algo bueno, no?
Me he estado distrayendo en averiguar qué significan mis sueños ¡Grande Freud! Porque todo lo que he logrado descubrir es que el señor este sabía muy bien de lo que hablaba.
De todas formas, quisiera un segundo de paz para dormir en forma decente. Más encima, el sábado por la noche tuve unos cólicos estomacales que me duraron hasta ayer por la tarde. Por eso no escribí, porque me sentía muy mal, aparte del dolor casi crónico, apenas había dormido.
Yo debiera hacerle más caso a mis dolores. En una ocasión, cuando me fracturé muñeca y tobillo a la vez, el doctor no podía creer que llegué a verlo más de 24 horas después del accidente. Recuerdo que me preguntó cómo había logrado dormir; yo esa noche dormí sin problemas. Me dijo que yo tenía el umbral del dolor muy alto, por lo tanto, tenía que hacer más caso a mis "pequeños dolores" porque en realidad, no eran tan pequeños.
En fin, estoy acostumbrada.
Pasando a otro tema, a que ni se imaginan quien vino el día de ayer con regalo y todo... la misma, mi hermana. Bueno, no sé... me quedo medio en la nebulosa pensando si lo hizo por ella o por los niños. Igual se agradece que una semana después se haya acordado de mi cumpleaños, pero jamás olvidaré que una amiga manejó desde Curicó a Santiago sólo para decirme feliz cumpleaños y ella no fue capaz de levantar el teléfono y hacer lo mismo.
El miércoles me junté con la señora jueza y la señora consejera a tomarnos un traguito. Estuvo rico, fue el primer día que llovió en Santiago en forma decente en lo que va de este año. Al otro día amaneció despejado, un lindo sol, tenía invitación a la hora de almuerzo en la casa de la Xole. Todo rico, desde el ceviche de aperitivo, pasando por el mariscal de entrada, hasta el pescado frito de fondo. No fui capaz de comer ni pejerreyes, ni postre: me quedé en el cafecito no más.
A todo esto, no he hecho ninguna mención al respecto, pero como ya está a punto de concretarse les cuento que una editorial virtual se interesó por algunas cosas que he escrito. Ya está registrado a mi nombre, ya me enviaron el contrato de edición, les hice algunas sugerencias y el contrato ahora estaría en revisión para corregir algunas cosas; dentro de poco saldrá a la venta en formato digital algunos relatos míos a través de la web. Cuando esté todo listo, agregaré el link aquí para que le den una vuelta y, si se interesan, compren mis relatos.
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