A dónde voy?
La Moira dice que estoy hundida y yo siento que es verdad.
Llegan los fines de semana y no hago nada, me quedo encerrada en la casa sin salir, a menos que mis papás quieran hacer algo, yo simplemente no salgo.
Es que siento que no tengo a dónde ir.
Resumamos de la siguiente manera: La Cata sale con Álvaro, la Moira con Cristóbal, el resto de mis amigas están todas preocupadas de sus hijos y de sus maridos. Entonces al final comprendo que es mejor quedarme en casa que salir a molestar.
Y esa no es la única razón por la que no salgo.
Ya no hay lugares donde ir. Es decir, lugares hay, el problema es que yo ya no me adapto a ellos: Las discos tocan reggaetón que lo encuentro lejos lo más ordinario que hay, los pubs tienen grupos en vivo con un audio que te hace reventar los tímpanos y no de buena música, sino de acoples poco melodiosos. Y a nadie le gusta mucho salir a comer.
También es cierto que sus amigos están más dispuestos que los míos (o los que quedan de los míos) a juntarse en una casa, tirar una carne a la parrilla, comprar una botellita de pisco sour y hacer una pequeña fiesta de la nada.
No sé si soy yo o mis amigos los fomes.
Quería que me entusiasmara para ir a un after office en el Castillo Hidalgo, pero leí un reportaje con respecto a esas fiestas de día miércoles y a la gente que suele ir y estoy segura que no encajo en ellas. Porque no quiero toparme con alguien, decirle “hola” darme un touch & go y si te he visto no me acuerdo.
Ya tuve mucho de eso como para seguir en ese juego aburrido.
¿Saben qué es lo que quiero de todo corazón? Quiero que alguna vez en mi vida aparezca algún galán que me vaya a buscar a la casa, que me saque a pasear aunque sea a la esquina y me compre un helado. No pido más que eso.
Anoche, al abrir mi Messenger, me encontré con un mensaje de una persona donde me declaraba su amor. Fue muy curioso porque hasta ahora dudo que haya sido para mi, más bien creo que se equivocó y el mensaje era para otra persona.
Pero ¿y si realmente hubiese sido escrito pensado en mí? Sería realmente un honor ser el objeto de deseo de alguien.
Hace tiempo que no me siento el objeto de deseo de nadie… bueno, del dentista… pero lo conozco hace tantos años que no cuenta.
P.D.: Hoy se celebra el día de la Solidaridad ¡¡Gracias a todas mis Divinas por ser tan solidarias!!
Llegan los fines de semana y no hago nada, me quedo encerrada en la casa sin salir, a menos que mis papás quieran hacer algo, yo simplemente no salgo.
Es que siento que no tengo a dónde ir.
Resumamos de la siguiente manera: La Cata sale con Álvaro, la Moira con Cristóbal, el resto de mis amigas están todas preocupadas de sus hijos y de sus maridos. Entonces al final comprendo que es mejor quedarme en casa que salir a molestar.
Y esa no es la única razón por la que no salgo.
Ya no hay lugares donde ir. Es decir, lugares hay, el problema es que yo ya no me adapto a ellos: Las discos tocan reggaetón que lo encuentro lejos lo más ordinario que hay, los pubs tienen grupos en vivo con un audio que te hace reventar los tímpanos y no de buena música, sino de acoples poco melodiosos. Y a nadie le gusta mucho salir a comer.
También es cierto que sus amigos están más dispuestos que los míos (o los que quedan de los míos) a juntarse en una casa, tirar una carne a la parrilla, comprar una botellita de pisco sour y hacer una pequeña fiesta de la nada.
No sé si soy yo o mis amigos los fomes.
Quería que me entusiasmara para ir a un after office en el Castillo Hidalgo, pero leí un reportaje con respecto a esas fiestas de día miércoles y a la gente que suele ir y estoy segura que no encajo en ellas. Porque no quiero toparme con alguien, decirle “hola” darme un touch & go y si te he visto no me acuerdo.
Ya tuve mucho de eso como para seguir en ese juego aburrido.
¿Saben qué es lo que quiero de todo corazón? Quiero que alguna vez en mi vida aparezca algún galán que me vaya a buscar a la casa, que me saque a pasear aunque sea a la esquina y me compre un helado. No pido más que eso.
Anoche, al abrir mi Messenger, me encontré con un mensaje de una persona donde me declaraba su amor. Fue muy curioso porque hasta ahora dudo que haya sido para mi, más bien creo que se equivocó y el mensaje era para otra persona.
Pero ¿y si realmente hubiese sido escrito pensado en mí? Sería realmente un honor ser el objeto de deseo de alguien.
Hace tiempo que no me siento el objeto de deseo de nadie… bueno, del dentista… pero lo conozco hace tantos años que no cuenta.
P.D.: Hoy se celebra el día de la Solidaridad ¡¡Gracias a todas mis Divinas por ser tan solidarias!!
Comentarios
Saludos y animate!
Me siento identificada con algunas cosas que dices, otras sólo me las imagino.
Pero bueno, ¿qué podría decirte que no te dejara indiferente? ¿Qué podría hacer para ayudarte? Pues muy poco.
Así que lo que hago es leerte y ejarte constancia de que te leo. Un abrazo.
Que pasa, sera que esto es tipico a los 30? yo no estaba preparada para sentirme asi.
Pero me hace sentir mejor saber que hay mas gente como yo y que no soy una desadaptada.