Más sabe El Diablo
Y era un chanta.
Yo sabía que había algo raro en todo el cuento del mino, es que las piezas del rompecabezas no me cuadraban, era como si me faltaran, como si hubiesen estado cambiadas.
El viernes me fui del trabajo al negocio de la Paola porque me quería cortar el pelo. Como salgo temprano, era ideal la hora. Después que me cortó el pelo nos pusimos a conversar y me contó algo bastante desagradable: Una de mis Divinas se había jactado que sólo había pagado la mitad de la cuota por la cena de fin de año porque eso era lo que realmente valía.
Como “Reverenda Madre Superiora” de Las Divinas, me desconcerté mucho, porque todo lo he hecho con la mayor transparencia posible. Bueno, el sábado envié un correo detallando el por qué de la cuota y se armó una tremenda batahola que espero se calme para mañana.
No les miento, me sentí muy mal porque el comentario vino de una persona que “supuestamente” está con problemas económicos y a la cual de buena fe quisimos ayudar.
Siempre hay alguien que atornilla para el otro lado.
En fin, sigamos con lo del mino.
Pasadas las 7 de la tarde me llamó por teléfono y me preguntó dónde estaba: él no sabía que yo los viernes salgo más temprano, así que se sorprendió un poco cuando le dije que estaba en Providencia.
Quería juntarse conmigo.
En esos momentos él estaba en el Mall X y quería que nos juntáramos en el Mall Y cerca de las 8 de la noche. Me llamó la atención porque el día anterior me llamó desde el Mall Z diciéndome que estaba haciendo “unos trámites personales”.
¿Qué trámite personal puede uno hacer en un Mall que no sea pagar una cuenta, ir de compras o simplemente perder el tiempo?
Chanta!!! Le dije a la Moira…
Me fui de Providencia hasta el Mall Y, pero no sé por qué me bajó una angustia muy grande, unas tremendas ganas de llegar a la casa.
Cuando llegué al punto de encuentro él no había llegado. Lo llamé y aún estaba en el otro Mall. Un poco seca le dije que me iba para la casa, que hablábamos más tarde y veíamos la posibilidad de salir después de las 10 de la noche.
“Pero yo no tengo auto” Le mentí…
Caballerosamente me dijo que “iba a ver” si estaba su auto disponible. Eso sonó raro pero no le dije nada.
Después que llegué a la casa y me cercioré que todo estuviera en orden, entré a Internet a ver si estaba en línea.
Obvio que sí.
Y comenzó con las excusas, que no sé, que a lo mejor, que más tarde… yo sabía que no iba a ir a buscarme porque ya había olfateado que era cuento eso que tenía auto.
Finalmente me dijo que me llamaba en 10 minutos y me confirmaba.
Pasó la hora y nada, ninguna noticia.
Debe haber sido cerca de las 11 de la noche cuando me llamó para decirme que sólo podía verme un ratito cortito porque al otro día tenía que salir fuera de Santiago.
Mentira, cuando un hombre quiere ver a una mina, hace cualquier cosa por verla y no le importa qué tiene que hacer al otro día con tal de verla.
Me salí por la tangente y le dije que me había acostado.
Y hoy tuve la confirmación a todas mis sospechas: En el trabajo desbloquearon Internet, por lo que puedo ingresar libremente a ver todo lo que quiera, claro que no me queda mucho tiempo.
Pero hoy ingresé para ver si estaba en línea.
Nos saludamos, le pregunté cómo estaba y me respondió “muerto de calor” en cambio yo estaba muerta de frío, me preguntó por qué y le dije que era por el aire acondicionado. Mi menta maliciosa no tardó ni dos segundos para agregar “¿no tienen aire acondicionado en tu oficina?”
Lo encerré, se demoró en contestar. Su respuesta fue absurda, nadie en Santiago de Chile mantiene el aire acondicionado apagado en esta época del año a las 4 de la tarde cuando los termómetros sobrepasan los 30ºC.
Además, se supone que él trabaja en uno de los edificios más modernos, de los llamados “inteligentes” que tienen un sistema con sensores que regulan solos la temperatura.
Se terminó de caer el mino con sus mentiras.
Bueno, más sabe el Diablo por viejo…
Yo sabía que había algo raro en todo el cuento del mino, es que las piezas del rompecabezas no me cuadraban, era como si me faltaran, como si hubiesen estado cambiadas.
El viernes me fui del trabajo al negocio de la Paola porque me quería cortar el pelo. Como salgo temprano, era ideal la hora. Después que me cortó el pelo nos pusimos a conversar y me contó algo bastante desagradable: Una de mis Divinas se había jactado que sólo había pagado la mitad de la cuota por la cena de fin de año porque eso era lo que realmente valía.
Como “Reverenda Madre Superiora” de Las Divinas, me desconcerté mucho, porque todo lo he hecho con la mayor transparencia posible. Bueno, el sábado envié un correo detallando el por qué de la cuota y se armó una tremenda batahola que espero se calme para mañana.
No les miento, me sentí muy mal porque el comentario vino de una persona que “supuestamente” está con problemas económicos y a la cual de buena fe quisimos ayudar.
Siempre hay alguien que atornilla para el otro lado.
En fin, sigamos con lo del mino.
Pasadas las 7 de la tarde me llamó por teléfono y me preguntó dónde estaba: él no sabía que yo los viernes salgo más temprano, así que se sorprendió un poco cuando le dije que estaba en Providencia.
Quería juntarse conmigo.
En esos momentos él estaba en el Mall X y quería que nos juntáramos en el Mall Y cerca de las 8 de la noche. Me llamó la atención porque el día anterior me llamó desde el Mall Z diciéndome que estaba haciendo “unos trámites personales”.
¿Qué trámite personal puede uno hacer en un Mall que no sea pagar una cuenta, ir de compras o simplemente perder el tiempo?
Chanta!!! Le dije a la Moira…
Me fui de Providencia hasta el Mall Y, pero no sé por qué me bajó una angustia muy grande, unas tremendas ganas de llegar a la casa.
Cuando llegué al punto de encuentro él no había llegado. Lo llamé y aún estaba en el otro Mall. Un poco seca le dije que me iba para la casa, que hablábamos más tarde y veíamos la posibilidad de salir después de las 10 de la noche.
“Pero yo no tengo auto” Le mentí…
Caballerosamente me dijo que “iba a ver” si estaba su auto disponible. Eso sonó raro pero no le dije nada.
Después que llegué a la casa y me cercioré que todo estuviera en orden, entré a Internet a ver si estaba en línea.
Obvio que sí.
Y comenzó con las excusas, que no sé, que a lo mejor, que más tarde… yo sabía que no iba a ir a buscarme porque ya había olfateado que era cuento eso que tenía auto.
Finalmente me dijo que me llamaba en 10 minutos y me confirmaba.
Pasó la hora y nada, ninguna noticia.
Debe haber sido cerca de las 11 de la noche cuando me llamó para decirme que sólo podía verme un ratito cortito porque al otro día tenía que salir fuera de Santiago.
Mentira, cuando un hombre quiere ver a una mina, hace cualquier cosa por verla y no le importa qué tiene que hacer al otro día con tal de verla.
Me salí por la tangente y le dije que me había acostado.
Y hoy tuve la confirmación a todas mis sospechas: En el trabajo desbloquearon Internet, por lo que puedo ingresar libremente a ver todo lo que quiera, claro que no me queda mucho tiempo.
Pero hoy ingresé para ver si estaba en línea.
Nos saludamos, le pregunté cómo estaba y me respondió “muerto de calor” en cambio yo estaba muerta de frío, me preguntó por qué y le dije que era por el aire acondicionado. Mi menta maliciosa no tardó ni dos segundos para agregar “¿no tienen aire acondicionado en tu oficina?”
Lo encerré, se demoró en contestar. Su respuesta fue absurda, nadie en Santiago de Chile mantiene el aire acondicionado apagado en esta época del año a las 4 de la tarde cuando los termómetros sobrepasan los 30ºC.
Además, se supone que él trabaja en uno de los edificios más modernos, de los llamados “inteligentes” que tienen un sistema con sensores que regulan solos la temperatura.
Se terminó de caer el mino con sus mentiras.
Bueno, más sabe el Diablo por viejo…
Comentarios
No encuentra a uno ni medio bueno... No se merece esta mala suerte, ¡caramba!
En fin, paciencia... no todos van a ser albinos. ;)
Reciba Mis más sentidas condolencias.
Saludos!