Magia
Desde que el hombre es hombre sabe que existe la magia. No hablo precisamente de la magia con brujos, brujas, hadas, duendes, etc; sino que de la magia que se produce entre las personas.
Esta semana ha sido bien movida, partió con la visita de inversionistas norteamericanos a mi empresa, lo que me tuvo de cabeza trabajando para darles todas las comodidades posibles. Obvio que me tuvo que pasar un casi chascarro: al abrir una botella de agua mineral esta se subió y, si no me doy media vuelta, baño de agua mineral al gerente general... mi jefe (que estaba entero carreteado) se mordía la lengua al otro lado de la mesa para no reírse... y yo haciendo como que aquí no ha pasado nada. ¡¡Qué vergüenza!!
El jueves fue un día suave pero duro a la vez. Me explico: siempre hay comentarios mal intencionados cuando uno lo está pasando bien, cuando se siente completa, cuando camina con toda la confianza del mundo en cada paso... y alguien tenía que venir a amargarme la vida ¿Por qué no es capaz de preocuparse de sus propios problemas y no del resto? Ya sé que no me entienden mucho, es que no quiero dar nombres ni nada. Lo único que les puedo decir que fue un problema referido con el Pelao y que me sentí tan mal que estuve a punto de mandar todo a la punta del cerro y cerrar el capítulo.
Menos mal que el dichoso comentario me llegó una hora antes de juntarme con la Moira para tomarnos un trago. Ella es bastante asertiva con sus comentarios y con sus consejos. No sé por qué no le hago siempre caso.
Debiera hacerlo más a menudo.
Finalmente hice esa estúpida llamada que había jurado no hacer en toda la semana, pero estaba el buzón de voz. Volví a llamar (muerta de la risa debo decir) y dejé un mensaje. A los 5 minutos me estaban llamando de vuelta. Rico, muy rico.
Llegó la Ale y nos quedamos conversando las tres y tomándonos unos tragos que estaban muy ricos. Es algo que estoy haciendo bastante seguido ultimamente. Mientras no me transforme en alcohólica, todo bien.
Llegué tarde y me levanté temprano, nisiquiera había visto qué ropa me iba a poner, debía ser ropa especial porque Mr. Right estaba amenazando hace días con ir a verme a la oficina y había declarado que el viernes sacaba la moto para ir a verme, siempre y cuando no estuviese lloviendo. En 5 minutos revolví todo mi ropero, sólo para darme cuenta al salir de la casa que estaba casi lloviendo porque había caído neblina. Bueno, así por lo menos no tendría que verle la cara.
Mi jefe se fue a La Serena en moto, mala idea pensé, el día frío, con neblina y la carretera al norte húmeda. No me gustó la idea, la Fran trató de convencerlo que se fuera en algún auto pero no hubo caso, así que tuvimos que confiar en nos llamaría cuando estuviese instalado en el hotel.
Debía quedarme a ensayar la misa de aniversario de la empresa, pero tenía ganas de llegar temprano a la casa, mal que mal había llegado tarde, con un par de tragos en el cuerpo y me había levantado muy temprano. Pero una llamada cerca de las 8 de la noche hizo cambiar todos mis planes para esa noche.
Era el Pelao que quería que me fuera a su casa. Yo, ni tonta ni perezosa, dije que bueno. A las 10:30 estaba ahí, lista para terminar de darle el bajo a la botella de pisco sour que la había dejado a la mitad la última vez.
Conversamos otra vez una enormidad sobre miles de cosas, nos reímos, conversamos del pasado y del presente. Menos mal que no hablamos del futuro porque ni yo sé que va a ocurrir en el futuro. Pero fue de esas conversaciones que me encantan: relajada, con el alma sobre la mesa, como dos niños que no se ocultan nada porque no tienen nada que esconderse el uno al otro.
No voy a entrar en muchos detalles de lo que ocurrió entre la una y las dos de la mañana, sólo les puedo decir que, en un momento, nos sentamos a la mesa y comenzamos a escribir juntos la letra de una canción. Yo más bien creo que él iba poniendo frases y yo se las iba adornando. Fue una catarsis extraordinaria de creatividad. El haberlo ayudado fue maravilloso.
Me fui pasadas las 4 de la mañana, tenía mucho frío, mi cuerpo estaba heladísimo y muy cansada; sin embargo, no podía conciliar el sueño pues mi cabeza estaba pegada en la canción, en las palabras y en toda la magia que se había producido esa noche. Nisiquiera el hecho que tenía que levantarme dos horas después me animaba a quedarme dormida.
Para ponerle broche de oro al fin de semana, el sábado por la noche tenía junta con mis Divinas. Lo pasé super bien, el único problema es que les dio por decirme que tenía cara de embarazada... yo no sé si me estaban haciendo una broma porque me había adueñado del ceviche o qué... a lo mejor mi cara no era la de embarazada sino la de una persona feliz.
Llegué a mi casa cerca de las 4:30 de la mañana, me acosté, me dí una vuelta en mi casa y me llamó el Pelao... ¿¿¿???... quería que a esa hora nos juntáramos ¡¡¡Me dio mucha risa porque no se había dado cuenta de qué hora era!!!
Bueno, él es así y a mi no me molestan sus llamadas a media noche, al contrario, las agradezco. Siempre es bueno saber que esa persona especial se acuerda de ti, sin importar la hora que sea y sobre todo cuando tus pensamientos están justo a su lado...
A eso le llamo yo "Magia"
Esta semana ha sido bien movida, partió con la visita de inversionistas norteamericanos a mi empresa, lo que me tuvo de cabeza trabajando para darles todas las comodidades posibles. Obvio que me tuvo que pasar un casi chascarro: al abrir una botella de agua mineral esta se subió y, si no me doy media vuelta, baño de agua mineral al gerente general... mi jefe (que estaba entero carreteado) se mordía la lengua al otro lado de la mesa para no reírse... y yo haciendo como que aquí no ha pasado nada. ¡¡Qué vergüenza!!
El jueves fue un día suave pero duro a la vez. Me explico: siempre hay comentarios mal intencionados cuando uno lo está pasando bien, cuando se siente completa, cuando camina con toda la confianza del mundo en cada paso... y alguien tenía que venir a amargarme la vida ¿Por qué no es capaz de preocuparse de sus propios problemas y no del resto? Ya sé que no me entienden mucho, es que no quiero dar nombres ni nada. Lo único que les puedo decir que fue un problema referido con el Pelao y que me sentí tan mal que estuve a punto de mandar todo a la punta del cerro y cerrar el capítulo.
Menos mal que el dichoso comentario me llegó una hora antes de juntarme con la Moira para tomarnos un trago. Ella es bastante asertiva con sus comentarios y con sus consejos. No sé por qué no le hago siempre caso.
Debiera hacerlo más a menudo.
Finalmente hice esa estúpida llamada que había jurado no hacer en toda la semana, pero estaba el buzón de voz. Volví a llamar (muerta de la risa debo decir) y dejé un mensaje. A los 5 minutos me estaban llamando de vuelta. Rico, muy rico.
Llegó la Ale y nos quedamos conversando las tres y tomándonos unos tragos que estaban muy ricos. Es algo que estoy haciendo bastante seguido ultimamente. Mientras no me transforme en alcohólica, todo bien.
Llegué tarde y me levanté temprano, nisiquiera había visto qué ropa me iba a poner, debía ser ropa especial porque Mr. Right estaba amenazando hace días con ir a verme a la oficina y había declarado que el viernes sacaba la moto para ir a verme, siempre y cuando no estuviese lloviendo. En 5 minutos revolví todo mi ropero, sólo para darme cuenta al salir de la casa que estaba casi lloviendo porque había caído neblina. Bueno, así por lo menos no tendría que verle la cara.
Mi jefe se fue a La Serena en moto, mala idea pensé, el día frío, con neblina y la carretera al norte húmeda. No me gustó la idea, la Fran trató de convencerlo que se fuera en algún auto pero no hubo caso, así que tuvimos que confiar en nos llamaría cuando estuviese instalado en el hotel.
Debía quedarme a ensayar la misa de aniversario de la empresa, pero tenía ganas de llegar temprano a la casa, mal que mal había llegado tarde, con un par de tragos en el cuerpo y me había levantado muy temprano. Pero una llamada cerca de las 8 de la noche hizo cambiar todos mis planes para esa noche.
Era el Pelao que quería que me fuera a su casa. Yo, ni tonta ni perezosa, dije que bueno. A las 10:30 estaba ahí, lista para terminar de darle el bajo a la botella de pisco sour que la había dejado a la mitad la última vez.
Conversamos otra vez una enormidad sobre miles de cosas, nos reímos, conversamos del pasado y del presente. Menos mal que no hablamos del futuro porque ni yo sé que va a ocurrir en el futuro. Pero fue de esas conversaciones que me encantan: relajada, con el alma sobre la mesa, como dos niños que no se ocultan nada porque no tienen nada que esconderse el uno al otro.
No voy a entrar en muchos detalles de lo que ocurrió entre la una y las dos de la mañana, sólo les puedo decir que, en un momento, nos sentamos a la mesa y comenzamos a escribir juntos la letra de una canción. Yo más bien creo que él iba poniendo frases y yo se las iba adornando. Fue una catarsis extraordinaria de creatividad. El haberlo ayudado fue maravilloso.
Me fui pasadas las 4 de la mañana, tenía mucho frío, mi cuerpo estaba heladísimo y muy cansada; sin embargo, no podía conciliar el sueño pues mi cabeza estaba pegada en la canción, en las palabras y en toda la magia que se había producido esa noche. Nisiquiera el hecho que tenía que levantarme dos horas después me animaba a quedarme dormida.
Para ponerle broche de oro al fin de semana, el sábado por la noche tenía junta con mis Divinas. Lo pasé super bien, el único problema es que les dio por decirme que tenía cara de embarazada... yo no sé si me estaban haciendo una broma porque me había adueñado del ceviche o qué... a lo mejor mi cara no era la de embarazada sino la de una persona feliz.
Llegué a mi casa cerca de las 4:30 de la mañana, me acosté, me dí una vuelta en mi casa y me llamó el Pelao... ¿¿¿???... quería que a esa hora nos juntáramos ¡¡¡Me dio mucha risa porque no se había dado cuenta de qué hora era!!!
Bueno, él es así y a mi no me molestan sus llamadas a media noche, al contrario, las agradezco. Siempre es bueno saber que esa persona especial se acuerda de ti, sin importar la hora que sea y sobre todo cuando tus pensamientos están justo a su lado...
A eso le llamo yo "Magia"
Comentarios
first of all, claro que deberías hacerme caso, en lo referente a las estúpidas que intentan amargarte con tontera..amiga,no pesque a huevonas, que de seguro, tienen tanta cagá en sus ABURRIDAS VIDAS, que no encuentran nada más que hacer que meterse en la vida tuya e intentar amargarte, no pesque, son puras gilas...ja!
Oye, me parece fantástica tu historia, tire pa`rriba, nomás, que la vida es bella...viva el momento y su felicidad, y los comentarios o post o CORREOS , mal intencionados...bórrelos, que no le sirven de nada...
te kero mucho
Moira
Bueno, a disfrutar se ha dicho...
Saludos!