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Esta semana se me ha hecho eterna. Realmente eterna.


El domingo pasado fue la última vez que hablé con Mister M. para despedirme. Quedó en llamarme el día lunes, obviamente no lo hizo y tampoco tenía por qué hacerlo. Fue solo una más de sus eternas formalidades.


El lunes tuve un curso fuera de la empresa, así que no tuve mucha cabeza para poner atención en su partida y ya el martes vinieron una y otra preocupación que lo fueron relegando lentamente a segundo plano.


Pero aún está ahí, no con la misma fuerza que hace una semana atrás, a lo mejor ya duele un poquito menos, pero duele.


Me siento algo obsesionada con el tema. Miro mis correos, varias veces en una hora veo mis contactos si está conectado o no. Preferí bloquearlo para no verlo, para no saber si está disponible para una charla. Comprendo que no es el momento aún de hacerlo.


Pero el fin de semana pasado casi hago algo indebido: Estuve a punto de decirle a JC que me sacara a pasear.


Haber hecho eso habría sido hacerle al pobre JC lo mismo que me hacía Mister M.: dar falsas esperanzas. Utilizar a esa persona para tapar mi propia soledad no es bueno. Recordé ese antiguo dicho "No hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran" Así que rápidamente deseché la idea y me quedé sin hacer nada el fin de semana, pero con la consciencia tranquila.


Por razones que desconozco, cuando a mi me viene una, me vienen todas juntas. Primero la gran decepción de Mister M., después las largas peleas que sostuvimos que me dejaron agotada (sí, peleamos muchísimo, nunca lo habíamos hecho), se sumó a que el miércoles en la mañana me corté la mano con un vidrio y luego en la tarde me caí en el segundo piso de la oficina, me torcí feo el pie derecho, el mismo que me fracturé años atrás.


El tobillo me quedó bastante resentido. Yo creo que es un esguince simple, he tomado antiinflamatorios y reposo. El reposo lo he tenido que hacer sentada aquí en mi escritorio, trabajando, porque si iba al médico, me daban licencia y yeso.


Mañana tengo una fiesta de disfraces ¿Ustedes creen que me iba a perder una fiesta de ese tipo por un tobillo? ¡Jamás! Así que he tomado mis propias medidas y voy mejorando de a poco. No me importa tener que ir mañana y quedarme sentada toda la noche sin bailar. Hace tiempo que no bailo, así que no tiene mayor relevancia. Pero necesito salir, respirar otros aires y conocer gente.

La semana pasada tuve reunión con mi abogado. ¿Voy a demandar a Mister M. por fraude al corazón? No: voy a demandar a la Moira por la deuda, junté toda la evidencia que tengo y está estudiando la vía más concreta para demandarla y cobrar todo lo que me debe. Todo.

Es que se le pasó la mano. No es un misterio que durante el último año he pasado muchos problemas económicos por tratar de pagar una deuda que no es mía. Nunca le cobré la deuda completa, siempre le dije que me fuera pagando de a poco, pero ella nunca ha soltado ni un peso.

Miento, no quiero faltar a la verdad. El año pasado pidió un préstamo grande para pagar varias deudas y me tenía contemplada, me iba a pagar más de la mitad de la deuda, pero finalmente me pagó un 10% aproximadamente de su deuda total. Después de eso, nunca más tuvo plata para pagar su deuda conmigo; sin embargo, se fue a vivir sola, pagó un arriendo por 5 meses lo que le significó gastos que antes no tenía.

Pero nunca tuvo un peso para su deuda conmigo.

Por eso me aburrí de sus falsas promesas, de sus palabras dulces y conciliadoras. Con palabras no soluciono mis problemas financieros. Así que una amiga me puso en contacto con un abogado y está estudiando la causa.

Me duele hacer esto, pero se le pasó la mano y no puedo seguir permitiendo que la gente me pase a llevar.

No hace mucho hablé sobre mi inquietud de cerrar este blog, pero a tres días de cumplir 40 años tomé la decisión de no hacerlo. Así que seguiré desahogando mis penas y alegrías con ustedes.

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