Cosas del Destino
Se me pasó el tiempo, lo sé y pido disculpas.
Ha sido un mes intenso. No sé y tampoco recuerdo haber tenido otro Diciembre tan intenso como este. Nisiquiera ese remoto Diciembre cuando salí del colegio y dí la prueba para ver si entraba a la universidad fue tan intenso como este.
Recapitulemos rapidito porque tampoco los quiero aburrir mucho:
Mi tía entró finalmente a un Hogar de Reposo. Al principio nos lo sufrimos todo pensando que no se iba a acostumbrar y sicotizados con los reportajes que de vez en cuando dan con respecto a la cruda realidad detrás de estos sitios. Hasta aquí ha sido todo un éxito. A tal extremo que hoy le dijo a mi papá que le encantaba el lugar.
Una persona que quiero mucho, de las pocas que escucho realmente y a las que le hago caso, me convenció de hablar con mi hermana mayor y limar asperezas. Eso me costó harto porque al principio ella estaba reticente, decía perdonar pero no se abría a ninguna posibilidad de acercamiento. Estuve dos días golpeándome la cabeza contra su puerta hasta que la abrió. Dos días antes había hablado con mi super gurú de CuriYork. Ella me había dicho que las personas que a uno no le aportan nada, había que ponerlas en un caminito de flores, desearles lo mejor y no volver a verlas nunca más.
¿Pero cómo podía hacer eso con mi hermana? "¡Tonta! Me refiero a tu antigua hermana, le tienes que abrir las puertas a una nueva hermana" Y ahí se me aclaró el camino. No sin antes haber tenido un rico desayuno con mi otro gurú Costeño que me miró y me dijo "Respira profundo y ¡Tirate!"
Bueno, gracias a los dos porque ahora me siento mejor y la relación con mi hermana ha cambiado mucho.
Entre medio de todo esto mi hermana chica salió del colegio. La ceremonia fue harto más fome que la mía. Pero lo importante es que la cabra chica salió. Me sentí incómoda: eso de tener que sentarme sola en un lugar apartado mientras mis papás estaba sentados en un lugar acondicionado especial para los padres me hizo sentir rara... Estaba pensando en esto cuando apareció mi querido Mr. O.
¡Se me había olvidado que su hija era compañera de la Isa!
Ahí estaba con su ex mujer, muy compuestos los dos, en la misma graduación. No me vió, incluso pasó por mi lado y no se dió cuenta. Por algo habrá sido.
Algo desilusionada por no haber podido saludarlo recordé que a la semana siguiente teníamos la cena de gala y ahí inevitablemente nos ibamos a encontrar.
Llegó la famosa gala. La Isa se había comprado en Enero de este año el vestido (un poco adelantada la niñita, ya lo sé, quizás a quién salió) Yo no pedí permiso en la oficina, sino que salí a la misma hora, llegué a la casa cuando ya todos se habían ido, me arreglé y partí.
Estaba en el Hall de acceso al lugar junto a mi papá cuando apareció Mr. O. y se acercó a saludarme. Detrás de él, como si hubiese sido su sombra, su ex mujer. Ella me miró y me saludó con tanta brusquedad que me quedó doliendo la mejilla.
En fin, me sentí avergonzada. Lo reconozco.
Muchas veces en situaciones así me siento avergonzada de no ser más alta, más delgada o lo suficientemente bonita.
Ok, estoy de acuerdo: él le dió la suficiente cantidad de dinero en el proceso de separación como para que ella se hiciera varias lipos, se operara de la vista y hasta le quedara plata para pasar seguido por botox, peluquería y gimnasio.
Estabamos en la mitad del coctel, antes de la cena, cuando mi papá tuvo la brillante idea de pedirme que lo llamara para darle las gracias.
Claro, ahí mi papá se acordó que este niñito le había arreglado los dientes a casi toda la familia, incluida mi tía, que nos hacía descuentos y dejába que le pagaramos como quisiéramos.
Tragué saliva y partí.
Lo encontré en un grupito de niñitas con sus parejas y su ex al lado (obvio).
Me acerqué bastante tímida. ¡Quería morirme! En fin, tenía que hacerlo.
Yo: Oye, mi papá quiere hablar contigo
Él: ¿En serio? Dónde está
Yo: Por acá...
La Ex: ¡Así que tu eras la ex pololita de mi ex marido! Me han hablado mucho de ti, que eras hermana de una compañera de la Barbarita...
Le hubiese dado un golpe ahí mismo, pero me enseñaron a ser dama desde chica. Le sonreí forzádamente y le dije fríamente "Con permiso" y partí donde mi papá, con Mr. O. detrás.
El destino confabula en mi contra para que sólo a mí me pasen estas cosas. ¿Quién iba a decir que la Barbarita iba a repetir curso no sé cuántas veces e iba a caer en el mismo curso que mi hermana? Es más ¿Quién iba a decir que las dos cabras chicas iban a formar parte del mismo grupo de compañeras? ¡Si la Barbarita se ha quedadoa dormir en mi casa y mi hermana ha hecho lo mismo en su casa!
Bueno, mañana por la noche voy a salir con algunas personas de la oficina. Esto se pone interesante.
Ha sido un mes intenso. No sé y tampoco recuerdo haber tenido otro Diciembre tan intenso como este. Nisiquiera ese remoto Diciembre cuando salí del colegio y dí la prueba para ver si entraba a la universidad fue tan intenso como este.
Recapitulemos rapidito porque tampoco los quiero aburrir mucho:
Mi tía entró finalmente a un Hogar de Reposo. Al principio nos lo sufrimos todo pensando que no se iba a acostumbrar y sicotizados con los reportajes que de vez en cuando dan con respecto a la cruda realidad detrás de estos sitios. Hasta aquí ha sido todo un éxito. A tal extremo que hoy le dijo a mi papá que le encantaba el lugar.
Una persona que quiero mucho, de las pocas que escucho realmente y a las que le hago caso, me convenció de hablar con mi hermana mayor y limar asperezas. Eso me costó harto porque al principio ella estaba reticente, decía perdonar pero no se abría a ninguna posibilidad de acercamiento. Estuve dos días golpeándome la cabeza contra su puerta hasta que la abrió. Dos días antes había hablado con mi super gurú de CuriYork. Ella me había dicho que las personas que a uno no le aportan nada, había que ponerlas en un caminito de flores, desearles lo mejor y no volver a verlas nunca más.
¿Pero cómo podía hacer eso con mi hermana? "¡Tonta! Me refiero a tu antigua hermana, le tienes que abrir las puertas a una nueva hermana" Y ahí se me aclaró el camino. No sin antes haber tenido un rico desayuno con mi otro gurú Costeño que me miró y me dijo "Respira profundo y ¡Tirate!"
Bueno, gracias a los dos porque ahora me siento mejor y la relación con mi hermana ha cambiado mucho.
Entre medio de todo esto mi hermana chica salió del colegio. La ceremonia fue harto más fome que la mía. Pero lo importante es que la cabra chica salió. Me sentí incómoda: eso de tener que sentarme sola en un lugar apartado mientras mis papás estaba sentados en un lugar acondicionado especial para los padres me hizo sentir rara... Estaba pensando en esto cuando apareció mi querido Mr. O.
¡Se me había olvidado que su hija era compañera de la Isa!
Ahí estaba con su ex mujer, muy compuestos los dos, en la misma graduación. No me vió, incluso pasó por mi lado y no se dió cuenta. Por algo habrá sido.
Algo desilusionada por no haber podido saludarlo recordé que a la semana siguiente teníamos la cena de gala y ahí inevitablemente nos ibamos a encontrar.
Llegó la famosa gala. La Isa se había comprado en Enero de este año el vestido (un poco adelantada la niñita, ya lo sé, quizás a quién salió) Yo no pedí permiso en la oficina, sino que salí a la misma hora, llegué a la casa cuando ya todos se habían ido, me arreglé y partí.
Estaba en el Hall de acceso al lugar junto a mi papá cuando apareció Mr. O. y se acercó a saludarme. Detrás de él, como si hubiese sido su sombra, su ex mujer. Ella me miró y me saludó con tanta brusquedad que me quedó doliendo la mejilla.
En fin, me sentí avergonzada. Lo reconozco.
Muchas veces en situaciones así me siento avergonzada de no ser más alta, más delgada o lo suficientemente bonita.
Ok, estoy de acuerdo: él le dió la suficiente cantidad de dinero en el proceso de separación como para que ella se hiciera varias lipos, se operara de la vista y hasta le quedara plata para pasar seguido por botox, peluquería y gimnasio.
Estabamos en la mitad del coctel, antes de la cena, cuando mi papá tuvo la brillante idea de pedirme que lo llamara para darle las gracias.
Claro, ahí mi papá se acordó que este niñito le había arreglado los dientes a casi toda la familia, incluida mi tía, que nos hacía descuentos y dejába que le pagaramos como quisiéramos.
Tragué saliva y partí.
Lo encontré en un grupito de niñitas con sus parejas y su ex al lado (obvio).
Me acerqué bastante tímida. ¡Quería morirme! En fin, tenía que hacerlo.
Yo: Oye, mi papá quiere hablar contigo
Él: ¿En serio? Dónde está
Yo: Por acá...
La Ex: ¡Así que tu eras la ex pololita de mi ex marido! Me han hablado mucho de ti, que eras hermana de una compañera de la Barbarita...
Le hubiese dado un golpe ahí mismo, pero me enseñaron a ser dama desde chica. Le sonreí forzádamente y le dije fríamente "Con permiso" y partí donde mi papá, con Mr. O. detrás.
El destino confabula en mi contra para que sólo a mí me pasen estas cosas. ¿Quién iba a decir que la Barbarita iba a repetir curso no sé cuántas veces e iba a caer en el mismo curso que mi hermana? Es más ¿Quién iba a decir que las dos cabras chicas iban a formar parte del mismo grupo de compañeras? ¡Si la Barbarita se ha quedadoa dormir en mi casa y mi hermana ha hecho lo mismo en su casa!
Bueno, mañana por la noche voy a salir con algunas personas de la oficina. Esto se pone interesante.
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