Estafa
- Buenas tardes, estamos llamando de la empresa XXX Sistema de Seguridad. Hemos verificado un problema en uno de los sectores de su empresa y necesitamos hablar con el encargado.
- Un momento por favor...
Así se inició el drama, fue una simple llamada que pasó por tres personas más hasta llegar al personaje que día a día cierra la empresa y activa la alarma.
El personaje en cuestión tomó la llamada y manipuló el panel según las instrucciónes que le daban vía telefónica. Hasta ahí todo bien.
- María Pilar, por favor indique que no se puede manipular el panel de la alarma hasta el lunes.
- ¿Por qué?
- No sé, así me dijeron los asistentes técnicos que llamaron.
- ¿Y si fue una llamada tipo cazabobo para dejar desconectada la alarma y entrar a robar?
Se armó la grande. Al jefe no se le había ocurrido mi brillante idea que todo era una estafa. Comenzaron las carreras, las llamadas telefónicas hasta que alguien gritó "¡Pero si no tenemos XXX Servicios de Seguridad! ¡Nosotros tenemos YYY!"
Grande ¿Y cómo iba yo a saber eso? Peor aún ¿Cómo el jefe no se dió cuenta?
Claro, habían tenido XXX por mucho tiempo hasta principios de este año que se cambiaron a YYY pero parece que su cabecita no lo internalizó lo suficiente como para darse cuenta.
En fin, al final llegó Carabineros, Seguridad Ciudadana y todas las empresas de seguridad a verificar que durante el fin de semana no entrara nadie extraño a la empresa. Con tanto ajetreo, seguro que los ladrones salieron corriendo lejos porque nada extraño se detectó.
¿El problema? El jefe trató de echarme la culpa a mi. Lindo cuadro, justo cuando estoy a dos semanas que se acabe mi contrato. Ahora no sé si me lo renuevan, me lo pasan a indefinido o me regreso a la casa.
¿Qué hice yo? Dos cosas: Pasar la llamada al responsable de activar y desactivar la alarma, cosa que no es pecado. No saber qué sistema de seguridad teníamos.
¡Pero hablé con tres personas que sí debieron saberlo! En fin, sentada espero el desenlace final a todo este conflicto. Mientras siento por mi espalda el cuchillo del jefe que dió toda la información.
Por cierto, este tipo de llamadas no la hace cualquiera; por la forma de hablar y los conocimientos técnicos, son personas que trabajaron efectivamente para las empresas y saben perfectamente lo que hacen. Tengan cuidado, las empresas de seguridad no llaman, a menos que uno los llame o se active la alarma.
Ahora sólo espero que todo este problema no pase a mayores.
- Un momento por favor...
Así se inició el drama, fue una simple llamada que pasó por tres personas más hasta llegar al personaje que día a día cierra la empresa y activa la alarma.
El personaje en cuestión tomó la llamada y manipuló el panel según las instrucciónes que le daban vía telefónica. Hasta ahí todo bien.
- María Pilar, por favor indique que no se puede manipular el panel de la alarma hasta el lunes.
- ¿Por qué?
- No sé, así me dijeron los asistentes técnicos que llamaron.
- ¿Y si fue una llamada tipo cazabobo para dejar desconectada la alarma y entrar a robar?
Se armó la grande. Al jefe no se le había ocurrido mi brillante idea que todo era una estafa. Comenzaron las carreras, las llamadas telefónicas hasta que alguien gritó "¡Pero si no tenemos XXX Servicios de Seguridad! ¡Nosotros tenemos YYY!"
Grande ¿Y cómo iba yo a saber eso? Peor aún ¿Cómo el jefe no se dió cuenta?
Claro, habían tenido XXX por mucho tiempo hasta principios de este año que se cambiaron a YYY pero parece que su cabecita no lo internalizó lo suficiente como para darse cuenta.
En fin, al final llegó Carabineros, Seguridad Ciudadana y todas las empresas de seguridad a verificar que durante el fin de semana no entrara nadie extraño a la empresa. Con tanto ajetreo, seguro que los ladrones salieron corriendo lejos porque nada extraño se detectó.
¿El problema? El jefe trató de echarme la culpa a mi. Lindo cuadro, justo cuando estoy a dos semanas que se acabe mi contrato. Ahora no sé si me lo renuevan, me lo pasan a indefinido o me regreso a la casa.
¿Qué hice yo? Dos cosas: Pasar la llamada al responsable de activar y desactivar la alarma, cosa que no es pecado. No saber qué sistema de seguridad teníamos.
¡Pero hablé con tres personas que sí debieron saberlo! En fin, sentada espero el desenlace final a todo este conflicto. Mientras siento por mi espalda el cuchillo del jefe que dió toda la información.
Por cierto, este tipo de llamadas no la hace cualquiera; por la forma de hablar y los conocimientos técnicos, son personas que trabajaron efectivamente para las empresas y saben perfectamente lo que hacen. Tengan cuidado, las empresas de seguridad no llaman, a menos que uno los llame o se active la alarma.
Ahora sólo espero que todo este problema no pase a mayores.
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