De Niña Buena a Niña Mala
¿Quién dijo que las Niñas Malas lo pasan mal?
Eso es mentira, las niñas malas lo pasan espectacular. Son las niñas buenas las que sufren todo el día. Claro, en los cuentos de hadas y las teleseries se quedan con su príncipe azul, se casan y se acaba el cuento. El problema es que no nos cuentan lo que pasó después... cuando llegó una niña mala y se lo llevó.
Bueno, a todas nos contaron el cuento hasta ahí y tuvimos que aprender por nosotras mismas que la vida es mucho más dura.
Alguna vez escuché a una actriz, que siempre había hecho el papel de la niña buena, que estaba encantada con hacer el papel de niña mala porque "las niñas malas son las que hacen que la historia se mueva" Y tenía toda la razón.
Años después la señora Raquel Argandoña dijo que le encantaba que le siguieran diciendo "Quintrala" porque las niñas malas lo pasaban mejor.
Cierto, muy cierto, ambas tienen mis respetos.
Bueno, después de un mes de profunda reflexión, donde aprendí muchas cosas sobre mí misma, me encontré de niña mala por la vida sin darme cuenta.
¿Recuerdan a Mister??? Pues el pobre no entiende que cuando digo no, es un no rotundo. Se la ha pasado reclamando que él está pagando los platos rotos que dejó Mister M. y que no se merece eso.
No sé bien qué pretende... Tampoco entiendo cómo aguanta a una mina tan pesada y malhumorada como yo. Porque con su insistencia me pongo de malhumor y le contesto mal a más de la mitad de las cosas que me dice.
Ustedes pensarán que no le he puesto los puntos sobre las íes, o que no he hablado claramente con él. Pero no es así; le he dicho en todos los tonos, con todas las palabras habidas y por haber que no voy a volver con él.
Y vuelta a empezar con el llantito de los platos rotos.
Pero también me aprovecho de él. Le exigo cosas, cenas, dulces, etc., y está dispuesto a dárme todo lo que yo quiero, sólo a cambio de salir con él.
La verdad es que yo sólo juego con él, no tengo ninguna intención de volver a ser su pareja POR NADA DEL MUNDO. Tengo una lista con todas las cosas que no me gustan y les puedo decir con toda franqueza que son demasiadas, tantas, que no las puedo pasar por alto por más que intente.
Claro, porque en un principio hice el intento, aún antes que apareciera Mister M. yo estaba haciendo el intendo de hacerme a la idea y ver si nacía algo más allá en mi. ¿Creen que no se lo he dicho? ¡Sí lo he hecho! pero su respuesta ha sido siempre que no lo intenté de corazón.
Con corazón o sin corazón, el mino no me entra ni con vaselina.
Lo único que puedo rescatar de él son más de algún buen consejo que me ha dado entre conversa y conversa. Ojalá entendiera que es lo único que puedo llegar a ser de él: su amiga.
Eso es mentira, las niñas malas lo pasan espectacular. Son las niñas buenas las que sufren todo el día. Claro, en los cuentos de hadas y las teleseries se quedan con su príncipe azul, se casan y se acaba el cuento. El problema es que no nos cuentan lo que pasó después... cuando llegó una niña mala y se lo llevó.
Bueno, a todas nos contaron el cuento hasta ahí y tuvimos que aprender por nosotras mismas que la vida es mucho más dura.
Alguna vez escuché a una actriz, que siempre había hecho el papel de la niña buena, que estaba encantada con hacer el papel de niña mala porque "las niñas malas son las que hacen que la historia se mueva" Y tenía toda la razón.
Años después la señora Raquel Argandoña dijo que le encantaba que le siguieran diciendo "Quintrala" porque las niñas malas lo pasaban mejor.
Cierto, muy cierto, ambas tienen mis respetos.
Bueno, después de un mes de profunda reflexión, donde aprendí muchas cosas sobre mí misma, me encontré de niña mala por la vida sin darme cuenta.
¿Recuerdan a Mister??? Pues el pobre no entiende que cuando digo no, es un no rotundo. Se la ha pasado reclamando que él está pagando los platos rotos que dejó Mister M. y que no se merece eso.
No sé bien qué pretende... Tampoco entiendo cómo aguanta a una mina tan pesada y malhumorada como yo. Porque con su insistencia me pongo de malhumor y le contesto mal a más de la mitad de las cosas que me dice.
Ustedes pensarán que no le he puesto los puntos sobre las íes, o que no he hablado claramente con él. Pero no es así; le he dicho en todos los tonos, con todas las palabras habidas y por haber que no voy a volver con él.
Y vuelta a empezar con el llantito de los platos rotos.
Pero también me aprovecho de él. Le exigo cosas, cenas, dulces, etc., y está dispuesto a dárme todo lo que yo quiero, sólo a cambio de salir con él.
La verdad es que yo sólo juego con él, no tengo ninguna intención de volver a ser su pareja POR NADA DEL MUNDO. Tengo una lista con todas las cosas que no me gustan y les puedo decir con toda franqueza que son demasiadas, tantas, que no las puedo pasar por alto por más que intente.
Claro, porque en un principio hice el intento, aún antes que apareciera Mister M. yo estaba haciendo el intendo de hacerme a la idea y ver si nacía algo más allá en mi. ¿Creen que no se lo he dicho? ¡Sí lo he hecho! pero su respuesta ha sido siempre que no lo intenté de corazón.
Con corazón o sin corazón, el mino no me entra ni con vaselina.
Lo único que puedo rescatar de él son más de algún buen consejo que me ha dado entre conversa y conversa. Ojalá entendiera que es lo único que puedo llegar a ser de él: su amiga.
Comentarios
Cuida que el asunto del Mister ??? no se vaya a complicar más, si ya sigue con el cuento despues de un par de meses, cuidate porque eso es obsesión patologica... jajajaj ya lo sabré yo.
Saludos!