No hay mal que dure 100 años
Ni tonto que lo aguante, así dice el dicho y es muy cierto.
A pesar de aún no encontrar trabajo, siento que desde la mitad de la semana pasada algo en mi comenzó a cambiar, no sé si fue en mí o en mi entorno, lo único que sé es que comencé a sentirme nuevamente más segura.
Puede ser que la cantidad de entrevistas agendadas me hicieron sentir valorada en el mercado (6 entrevistas en cuatro días, más dos entrevistas la semana pasada), lo que me hace pensar que dentro de poco estaré trabajando nuevamente.
Mucha gente apoyándome, eso también hace que mi humor cambie y, junto con mi humor, el mundo que me rodea. Cada vez veo más lejanos los días pasados en mi ex-trabajo, a pesar que a mucha gente aún la llevo muy cerquita de mi corazón.
Y es que no podía ser de otra forma, por algo se cruzaron en mi vida: para enseñarme cosas, para compartir y para quererlas.
Aparentemente esta semana se viene tranquila, sólo tengo agendada una entrevista, pero vamos a ver, no se puede decir nada mientras nada ocurra.
La semana pasada, en una de las entrevistas, nos dejaron solas en una sala por mucho rato, lo que me dió tiempo de conversar con todas las niñas que estaban ahí, lo pasé bien, me reí mucho con ellas, a pesar de no haber quedado seleccionada, fue entretenido llevar la batuta un rato y hacerlas reir fue lo mejor para quitarnos el stress.
La verdad es que me tomé con mucho humor esa entrevista porque el sicólogo me cayó mal: fue muy irrespetuoso el habernos citado a las 15:00 horas para una entrevista grupal que no debió haber durado más de una hora, pero como se paraba a cada rato y nos dejaba solas, la entrevista duró casi tres horas. Estábamos todas aburridas y sintiéndonos muy mal.
Una cosa era que estuviésemos buscando trabajo y otra muy distinta es que nos pasaran a llevar de esa forma. Me lo tomé con humor, me paraba delante y conversaba como si estuviese haciendo un show en vivo tipo Club de la Comedia. Incluso lo hice cuando el sicólogo me pidió que me presentara... ahí debe haber pensado "esta sí que está loca" y no me dejó para la segunda ronda.
En fin, he ido a tantos lugares distintos, he visto tantas personas distintas, tantas personas sin trabajo que no sé cómo puede ser posible que no hayan trabajos para todos. Es que debiera existir alguna fórmula mágica.
Bueno, si la hubiese, yo no estaría aquí, estaría quizás dónde, dirigiendo quizás qué cosa. Una sóla cosa tengo claro: estaría dirigiendo algo donde pudiese ayudar a las personas.
A pesar de aún no encontrar trabajo, siento que desde la mitad de la semana pasada algo en mi comenzó a cambiar, no sé si fue en mí o en mi entorno, lo único que sé es que comencé a sentirme nuevamente más segura.
Puede ser que la cantidad de entrevistas agendadas me hicieron sentir valorada en el mercado (6 entrevistas en cuatro días, más dos entrevistas la semana pasada), lo que me hace pensar que dentro de poco estaré trabajando nuevamente.
Mucha gente apoyándome, eso también hace que mi humor cambie y, junto con mi humor, el mundo que me rodea. Cada vez veo más lejanos los días pasados en mi ex-trabajo, a pesar que a mucha gente aún la llevo muy cerquita de mi corazón.
Y es que no podía ser de otra forma, por algo se cruzaron en mi vida: para enseñarme cosas, para compartir y para quererlas.
Aparentemente esta semana se viene tranquila, sólo tengo agendada una entrevista, pero vamos a ver, no se puede decir nada mientras nada ocurra.
La semana pasada, en una de las entrevistas, nos dejaron solas en una sala por mucho rato, lo que me dió tiempo de conversar con todas las niñas que estaban ahí, lo pasé bien, me reí mucho con ellas, a pesar de no haber quedado seleccionada, fue entretenido llevar la batuta un rato y hacerlas reir fue lo mejor para quitarnos el stress.
La verdad es que me tomé con mucho humor esa entrevista porque el sicólogo me cayó mal: fue muy irrespetuoso el habernos citado a las 15:00 horas para una entrevista grupal que no debió haber durado más de una hora, pero como se paraba a cada rato y nos dejaba solas, la entrevista duró casi tres horas. Estábamos todas aburridas y sintiéndonos muy mal.
Una cosa era que estuviésemos buscando trabajo y otra muy distinta es que nos pasaran a llevar de esa forma. Me lo tomé con humor, me paraba delante y conversaba como si estuviese haciendo un show en vivo tipo Club de la Comedia. Incluso lo hice cuando el sicólogo me pidió que me presentara... ahí debe haber pensado "esta sí que está loca" y no me dejó para la segunda ronda.
En fin, he ido a tantos lugares distintos, he visto tantas personas distintas, tantas personas sin trabajo que no sé cómo puede ser posible que no hayan trabajos para todos. Es que debiera existir alguna fórmula mágica.
Bueno, si la hubiese, yo no estaría aquí, estaría quizás dónde, dirigiendo quizás qué cosa. Una sóla cosa tengo claro: estaría dirigiendo algo donde pudiese ayudar a las personas.
Comentarios
Saludos!
Besos y abrazos de tu Aussie Amigui
Clau