Fin de Semana
¿Quién dijo que los fines de semana eran buenos? Al parecer lo dijo alguien que no tenía muchos problemas personales, porque para las personas normales como yo los fines de semana significan volver a la realidad de nuestros problemas personales.
A lo mejor no soy tan normal como creo. Pensándolo bien, debo ser muy anormal como para seguir soltera y bordeando los 40.
Dentro de un par de años más no podré seguir llamando a este blog de esta manera, tendré que mudarme de host. Es que después de los 40 y si sigo a este ritmo, seguiré soltera y sin compromiso.
Este fin de semana necesité como nunca una pareja que me contuviera, que me estrechara, que me diera su calor.
Pensé en llamar al Pelao chico, pero me dió verguenza, a pesar que no hace mucho me dijo que tenía su hombro para llorar cuando yo quisiera. Es que me averguenza que me vea débil, más bien me averguenza contarle mis problemas.
Y no debiera ser así, al contrario, debiera tenerle más confianza. Es que no sé qué quiere él conmigo, mientras no lo sepa mi reacción será de cautela.
Mañana ya es lunes, una nueva semana laboral, nuevos problemas laborales y se acorta la distancia para cambiarme de lugar físico de trabajo. No quiero hacerlo, quiero quedarme ahí por mucho tiempo más para poder seguir disfrutando de las conversaciones que tengo con el Pelao chico. Poco puedo hacer para detener esto, es como arena en mis manos.
¡Qué pena me da pensar en esto! Me pone triste y con una presión en mi pecho. Quiero que se venga a trabajar conmigo, pero su jefe no lo dejó. Trato de pensar en otra cosa, pero siempre vuelvo a lo mismo.
Quisiera salir corriendo, perderme por unos días y hacer eternos los momentos que no volverán. Quisiera tener una varita mágica para detener el tiempo y dejar las cosas tal como están.
Quisiera desaparecer pues mis problemas parecen no importarle a nadie más que a mi. Nisiquiera la Moira me escucha ultimamente, se ha mantenido pegada en sus propios problemas y no hay caso de aconsejarla: le gusta estar donde está, no encuentro otra razón para que no busque una salida.
Y yo ¿qué voy hacer yo lejos de él? ¿lograré mantenerlo a mi lado?
A lo mejor no soy tan normal como creo. Pensándolo bien, debo ser muy anormal como para seguir soltera y bordeando los 40.
Dentro de un par de años más no podré seguir llamando a este blog de esta manera, tendré que mudarme de host. Es que después de los 40 y si sigo a este ritmo, seguiré soltera y sin compromiso.
Este fin de semana necesité como nunca una pareja que me contuviera, que me estrechara, que me diera su calor.
Pensé en llamar al Pelao chico, pero me dió verguenza, a pesar que no hace mucho me dijo que tenía su hombro para llorar cuando yo quisiera. Es que me averguenza que me vea débil, más bien me averguenza contarle mis problemas.
Y no debiera ser así, al contrario, debiera tenerle más confianza. Es que no sé qué quiere él conmigo, mientras no lo sepa mi reacción será de cautela.
Mañana ya es lunes, una nueva semana laboral, nuevos problemas laborales y se acorta la distancia para cambiarme de lugar físico de trabajo. No quiero hacerlo, quiero quedarme ahí por mucho tiempo más para poder seguir disfrutando de las conversaciones que tengo con el Pelao chico. Poco puedo hacer para detener esto, es como arena en mis manos.
¡Qué pena me da pensar en esto! Me pone triste y con una presión en mi pecho. Quiero que se venga a trabajar conmigo, pero su jefe no lo dejó. Trato de pensar en otra cosa, pero siempre vuelvo a lo mismo.
Quisiera salir corriendo, perderme por unos días y hacer eternos los momentos que no volverán. Quisiera tener una varita mágica para detener el tiempo y dejar las cosas tal como están.
Quisiera desaparecer pues mis problemas parecen no importarle a nadie más que a mi. Nisiquiera la Moira me escucha ultimamente, se ha mantenido pegada en sus propios problemas y no hay caso de aconsejarla: le gusta estar donde está, no encuentro otra razón para que no busque una salida.
Y yo ¿qué voy hacer yo lejos de él? ¿lograré mantenerlo a mi lado?
Comentarios
Saludos y mucho pero mucho animo!