Semana para olvidar

Esta ha sido la semana más dura que me ha tocado vivir en 10 años: me he quedado desempleada y por razones tan absurdas, que todavía no le encuentro sentido.

No sé por dónde empezar ni por donde terminar, quizás sea mejor sólo decir que se cerró una etapa en mi vida y que ahora busco una nueva oportunidad, lejos del lugar que tanto quería.

Porque cuando has trabajado tantos años en el mismo lugar, sientes que la gente que te rodea son parte de tu familia y que tu trabajo es lo mejor. Aún cuando no lo sea.

Lloré una eternidad, me duele el alma y el corazón, siento que hasta la célula más pequeña de mi cuerpo está dolida y llorando.

Es que no sólo perdí mi trabajo, sino que también perdí la confianza en muchas personas. También en mi amigo más querido.

¡Por Dios qué dolor tengo!

Mañana comienza una nueva semana laboral y yo en lo único en que puedo pensar es en encontrar un nuevo trabajo para comenzar otra vez.

Mi ánimo está por el suelo, trato de verle el lado bueno a la situación pero no se lo encuentro. Creo que cerraré el círculo sólo cuando esté trabajando otra vez.