Reflexiones
¿Han sentido ganas alguna vez de levantarse de su asiento e irse sin mirar atrás?
Desde un par de semanas a la fecha que vengo sintiendo esto, levantarme, caminar y buscar nuevos horizontes, nuevas metas, gente nueva ¡todo nuevo!
Es que la situación en el trabajo se me hace cuesta arriba y se ha apoderado de mi una abulia increíble. Nada me entusiasma, nada me mueve, si hasta me he encontrada sentada en mi escritorio, mirando cómo pasan los barcos cargueros en el canal de Panamá, sin ganas de hacer nada. Mientras el trabajo a mi alrededor se acumula.
Hoy por ejemplo tenía que ir a un pequeño curso de medio día. Me negué a ir, simplemente le dije a mi jefe que no quería ir y respetó mi decisión. El problema vendrá después, cuando me llamen de recursos humanos preguntando por qué no asistí.
En fin, se han producido cambios importantes que nos han mantenido a todos en la cuerda floja. Lo peor de toda esta situación es que yo debiera estar acostumbrada a ellas. Pero no sé por qué no logro superar cada cambio que se produce ¿será porque esos cambios siempre involucra la ausencia de personas?
De todas las personas que trabajaban dentro del taller al día de hoy quedan sólo dos, el resto (unas 10 personas) han sido removidas y reubicadas en otras sucursales. Es como cuando a mamá gallina le quitan sus pollos. Así me siento (o por lo menos muy similar)
Y como broche de oro, mi jefe favorito quiere irse lo que me da mucha pena porque una vez más quedaría a la deriva. Por lo menos la última vez fue más suave la transición: llegó mi jefe nuevo aún estando mi jefe antiguo y tuve un par de meses antes que se fuera mi jefe antiguo para conocer a mi jefe nuevo.
La semana pasada tenía reunión con las Divinas y no fui porque me programaron a última hora una reunión y no salí de muy buen ánimo de ella. Es más, mi teléfono quedó sin sonido y lo olvidé por completo. Cuando lo miré, tenía varias llamadas perdidas de las Divinas y mensajes preguntando por qué no había llegado. A fin de este mes espero poder organizar otra reunión y asistir a ella.
Me quedé con ganas de tomarme un trago y reírme de la vida como lo hacemos siempre. Esas reuniones son como una válvula de escape donde por unos momentos (un par de horas) se nos olvida el mundo y sólo existimos nosotras con nuestros pequeños mundos girando alrededor.
Ayer salí a pasear con la Cata, hacía mucho tiempo que no lo hacía. No sé si ella se dio cuenta de mi animosidad. Se suponía que me acompañaba a comprar un par de cosas y finalmente no compré nada, a pesar que había algunas que me gustaron, pero descubrí que no tenía ganas de comprar.
Una persona me dijo que estaba escribiendo muy cortito y no me he dado cuenta. Puede ser que últimamente no tenga muchas cosas que decir. Posiblemente no he tenido muchas experiencias fuera de rutina y sé que ha sido más por mí que por falta de oportunidades. A veces quiero hacer cosas nuevas pero me cuesta avanzar sola, sin que nadie me empuje a realmente hacerlo.
Es como la canción “Después de tanto tiempo, tanto tiempo, te encuentras en el mismo lugar…”
Desde un par de semanas a la fecha que vengo sintiendo esto, levantarme, caminar y buscar nuevos horizontes, nuevas metas, gente nueva ¡todo nuevo!
Es que la situación en el trabajo se me hace cuesta arriba y se ha apoderado de mi una abulia increíble. Nada me entusiasma, nada me mueve, si hasta me he encontrada sentada en mi escritorio, mirando cómo pasan los barcos cargueros en el canal de Panamá, sin ganas de hacer nada. Mientras el trabajo a mi alrededor se acumula.
Hoy por ejemplo tenía que ir a un pequeño curso de medio día. Me negué a ir, simplemente le dije a mi jefe que no quería ir y respetó mi decisión. El problema vendrá después, cuando me llamen de recursos humanos preguntando por qué no asistí.
En fin, se han producido cambios importantes que nos han mantenido a todos en la cuerda floja. Lo peor de toda esta situación es que yo debiera estar acostumbrada a ellas. Pero no sé por qué no logro superar cada cambio que se produce ¿será porque esos cambios siempre involucra la ausencia de personas?
De todas las personas que trabajaban dentro del taller al día de hoy quedan sólo dos, el resto (unas 10 personas) han sido removidas y reubicadas en otras sucursales. Es como cuando a mamá gallina le quitan sus pollos. Así me siento (o por lo menos muy similar)
Y como broche de oro, mi jefe favorito quiere irse lo que me da mucha pena porque una vez más quedaría a la deriva. Por lo menos la última vez fue más suave la transición: llegó mi jefe nuevo aún estando mi jefe antiguo y tuve un par de meses antes que se fuera mi jefe antiguo para conocer a mi jefe nuevo.
La semana pasada tenía reunión con las Divinas y no fui porque me programaron a última hora una reunión y no salí de muy buen ánimo de ella. Es más, mi teléfono quedó sin sonido y lo olvidé por completo. Cuando lo miré, tenía varias llamadas perdidas de las Divinas y mensajes preguntando por qué no había llegado. A fin de este mes espero poder organizar otra reunión y asistir a ella.
Me quedé con ganas de tomarme un trago y reírme de la vida como lo hacemos siempre. Esas reuniones son como una válvula de escape donde por unos momentos (un par de horas) se nos olvida el mundo y sólo existimos nosotras con nuestros pequeños mundos girando alrededor.
Ayer salí a pasear con la Cata, hacía mucho tiempo que no lo hacía. No sé si ella se dio cuenta de mi animosidad. Se suponía que me acompañaba a comprar un par de cosas y finalmente no compré nada, a pesar que había algunas que me gustaron, pero descubrí que no tenía ganas de comprar.
Una persona me dijo que estaba escribiendo muy cortito y no me he dado cuenta. Puede ser que últimamente no tenga muchas cosas que decir. Posiblemente no he tenido muchas experiencias fuera de rutina y sé que ha sido más por mí que por falta de oportunidades. A veces quiero hacer cosas nuevas pero me cuesta avanzar sola, sin que nadie me empuje a realmente hacerlo.
Es como la canción “Después de tanto tiempo, tanto tiempo, te encuentras en el mismo lugar…”
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