Huaiquimán, Tolosa... y Sharon Stone
¿Alguna vez les conté que han entrado a robar varias veces a mi empresa? ¿Y les conté que me han robado tres veces el dinero de la caja chica?
Bueno, al principio fueron robos muy chicos que me hacían dudar sobre la forma como yo manejaba la caja, hasta que dejé numerados unos billetes el día viernes y al día lunes faltaba uno… entonces no había ninguna duda: alguien había entrado a la oficina, había abierto el mueble con llave y había abierto la caja chica para sustraer dinero. Lo hacía tan bien, que ni se notaba.
Después de haber informado el hecho, los robos se detuvieron por un par de meses hasta que volvieron a hacerlo en abril de este año. En esa ocasión la suma fue mucho mayor porque iba también el pago de facturas de clientes. Lamentablemente y a pesar que yo había informado con anterioridad que había notado que alguien entraba y robaba, tuve que devolver el dinero en su totalidad.
Entonces me las ingenié para demostrar que yo no me iba con el dinero y puse unos candados los cuales amanecieron reventados un par de meses después. Sin embargo, la empresa tampoco hizo nada en esa oportunidad.
Tuvo que llenarse la empresa de robos para que al fin pusieran una denuncia como correspondía.
El viernes a medio día llegaron tres detectives a interrogarme a la oficina, uno de ellos, el que parecía el de mayor rango por la forma como hablaba, más se parecía a Tolosa (de la serie Huaiquimán y Tolosa) que a un detective de verdad. Yo creo que me lo recordó por el pelo semi largo y por las facciones orientales.
Miraron e investigaron mi puesto de trabajo, me hicieron preguntas, me pidieron que relatara los hechos, les mostré todo lo que tenía que mostrarles y les conté todo lo que tenía que contarles.
Finalmente otro de los detectives (Huaiquimán) me entregó una citación para el día de ayer al cuartel de investigaciones.
Ayer por la mañana fui, candados y cadena en manos como medio de prueba y todo.
Cuando llegé Huaiquimán estaba tomando desayuno todavía, así que me tuve que sentar en la sala de espera y, mientras tanto, mi imaginación volaba como de costumbre. De pronto miré mis zapatos nuevos: negros, lindos, calados en una parte y bien en punta, con talón alto y pulsera al tobillo, tacón casi aguja… preciosos…
Y en eso llegó Tolosa ataviado con chaqueta de cuero negra y casco de moto bajo el brazo, me miró, me sonrió y me dijo que ya me atendían.
Cual Sharon Stone en Basic Instinct caminé tras él con cara de “yo no fui, pero si tu quieres, hago cualquier cosa que tu quieras”. En una sala más amplia nos esperaba Huaiquimán que ya había teminado su desayuno. Entonces crucé lentamente las piernas y de pronto vi el notebook, vi al par de detectives que me miraban fijamente y pensé “¡Por Dios! ¿Qué cara les habré puesto?”
De ahí en adelante traté de concentrarme en las preguntas y respuestas hasta que… ¿Por qué la Moira me llama en los momentos más inoportunos?
Moira: ¿Aló, Pily, dónde estás?
Yo: Estoy en el cuartel de investigaciones
Moira: ¿¡Qué!? Tai presa…
Yo: No loca, si estuviese presa ya te habría llamado…
Mientras tanto, Huaiquimán y Tolosa miraban los candados con un ojo y con el otro miraban como hablaba por teléfono. Yo no sé cómo no me dijeron que cortara o que no contestara.
En fin, cuando todo terminó me quedó una amarga sensación: estoy siendo investigada por algo que no hice pero que, lamentablemente, la única forma de demostrar que no me llevé yo el dinero es que lo hagan.
Por otro lado, mientras no se termine la investigación, Huaiquimán y Tolosa seguirán los pasos de mis tacones altos… Y esta Sharon Stone seguirá luchando por demostrar su inocencia.
Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Huaiquim%C3%A1n_y_Tolosa y http://huaiquimanytolosa.canal13.cl/huaiquimanytolosa/html/
Bueno, al principio fueron robos muy chicos que me hacían dudar sobre la forma como yo manejaba la caja, hasta que dejé numerados unos billetes el día viernes y al día lunes faltaba uno… entonces no había ninguna duda: alguien había entrado a la oficina, había abierto el mueble con llave y había abierto la caja chica para sustraer dinero. Lo hacía tan bien, que ni se notaba.
Después de haber informado el hecho, los robos se detuvieron por un par de meses hasta que volvieron a hacerlo en abril de este año. En esa ocasión la suma fue mucho mayor porque iba también el pago de facturas de clientes. Lamentablemente y a pesar que yo había informado con anterioridad que había notado que alguien entraba y robaba, tuve que devolver el dinero en su totalidad.
Entonces me las ingenié para demostrar que yo no me iba con el dinero y puse unos candados los cuales amanecieron reventados un par de meses después. Sin embargo, la empresa tampoco hizo nada en esa oportunidad.
Tuvo que llenarse la empresa de robos para que al fin pusieran una denuncia como correspondía.
El viernes a medio día llegaron tres detectives a interrogarme a la oficina, uno de ellos, el que parecía el de mayor rango por la forma como hablaba, más se parecía a Tolosa (de la serie Huaiquimán y Tolosa) que a un detective de verdad. Yo creo que me lo recordó por el pelo semi largo y por las facciones orientales.
Miraron e investigaron mi puesto de trabajo, me hicieron preguntas, me pidieron que relatara los hechos, les mostré todo lo que tenía que mostrarles y les conté todo lo que tenía que contarles.
Finalmente otro de los detectives (Huaiquimán) me entregó una citación para el día de ayer al cuartel de investigaciones.
Ayer por la mañana fui, candados y cadena en manos como medio de prueba y todo.
Cuando llegé Huaiquimán estaba tomando desayuno todavía, así que me tuve que sentar en la sala de espera y, mientras tanto, mi imaginación volaba como de costumbre. De pronto miré mis zapatos nuevos: negros, lindos, calados en una parte y bien en punta, con talón alto y pulsera al tobillo, tacón casi aguja… preciosos…
Y en eso llegó Tolosa ataviado con chaqueta de cuero negra y casco de moto bajo el brazo, me miró, me sonrió y me dijo que ya me atendían.
Cual Sharon Stone en Basic Instinct caminé tras él con cara de “yo no fui, pero si tu quieres, hago cualquier cosa que tu quieras”. En una sala más amplia nos esperaba Huaiquimán que ya había teminado su desayuno. Entonces crucé lentamente las piernas y de pronto vi el notebook, vi al par de detectives que me miraban fijamente y pensé “¡Por Dios! ¿Qué cara les habré puesto?”
De ahí en adelante traté de concentrarme en las preguntas y respuestas hasta que… ¿Por qué la Moira me llama en los momentos más inoportunos?
Moira: ¿Aló, Pily, dónde estás?
Yo: Estoy en el cuartel de investigaciones
Moira: ¿¡Qué!? Tai presa…
Yo: No loca, si estuviese presa ya te habría llamado…
Mientras tanto, Huaiquimán y Tolosa miraban los candados con un ojo y con el otro miraban como hablaba por teléfono. Yo no sé cómo no me dijeron que cortara o que no contestara.
En fin, cuando todo terminó me quedó una amarga sensación: estoy siendo investigada por algo que no hice pero que, lamentablemente, la única forma de demostrar que no me llevé yo el dinero es que lo hagan.
Por otro lado, mientras no se termine la investigación, Huaiquimán y Tolosa seguirán los pasos de mis tacones altos… Y esta Sharon Stone seguirá luchando por demostrar su inocencia.
Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Huaiquim%C3%A1n_y_Tolosa y http://huaiquimanytolosa.canal13.cl/huaiquimanytolosa/html/
Comentarios
Por otro lado, tiene sus ventajas, no cualquiera se puede creer Sharon Stone, jajajajaa