El Feliz Cumple de la Cata

Y la Cata se me puso más vieja; claro que como ahora tiene pareja, se ve más joven. Es que el amor suele hacer maravillas con nosotras las mujeres.

El fin de semana pasado también estuvo de cumpleaños otro amigo de muchos años, lo pasé bien, a pesar que estaba muy cansada porque el viernes me había tenido que acostar muy tarde, así que no duré mucho en ese cumpleaños.

Pero el cumpleaños de la Cata va a ser recordado por mucho tiempo por la cantidad de recuerdos que se nos vinieron a la mente, por la cantidad de tonteras que hicimos y por la gente que estuvo ahí.

Por ejemplo: aún no me puedo acordar cuándo Erik me fue a dejar a mi casa después de haber tomado once en la casa de Marcia. He llegado a pensar incluso que debe haber sido después de una fiesta y yo debo haber estado pasada de copas como para no acordarme. Hay tantas cosas de mi vida que no me acuerdo que, a esta altura del partido si alguien me dice “si yo te conozco, tu eres la mina que se bañaba desnuda en la piscina del condominio a las 4 de la mañana” no me va a quedar otra que decirle “Sí, gracias”

Estuvo la Vero con su marido, esto merece un punto especial porque, como algunos de ustedes han de saber, él y yo no nos hablamos desde que le mandé un correo a ella diciéndole que opinaba lo peor de su marido; ahora es cierto que el correo se lo mandé sólo a ella y él lo leyó… eso estuvo mal… pero mi opinión en esos momentos se debía a que le estaba haciendo daño a mí amiga. Cuando llegaron me levanté a saludarla a ella, le dí un abrazo y cuando me di vuelta para saludarlo, él simplemente levantó la mirada he hizo como que yo no existía; entonces me dio cositas en el estomago y preferí sentarme. Avanzada ya la noche mi amiga Vero me dijo que debí saludarlo y me dio no se qué decirle que él me había corrido la mirada para no hacerlo y le dije que más adelante me iba a acercar a él para hacerlo. Pero pasó la noche y no lo hice nunca, hasta que llegó la hora en que se fueron y me pasó lo mismo: me iba a despedir de él y corrió la mirada… “a la punta del cerro” pensé, porque no me voy hacer mala sangre por él. Me basta saber que la Vero está bien, feliz con él y que no le está haciendo daño. A lo mejor algún día volvemos a hablar, pero esta no fue la ocasión.

Pues bien, ese chico al que debía llamar y no lo hice también estaba en la fiesta. Pues mi amiga Caty le dio mi número de teléfono… pero se lo dio mal y el pobre estuvo llamando a un teléfono que no existe. No importa Cata, ahora ya lo tengo bien y está todo ok. Claro que debo confesar que de pronto me siento un tanto tonta con esto porque me hacen saber demasiadas personas que él quiere estar cerca de mí. Es que me dio vergüenza saber que cuando llegó, en vez de saludar a la Caty le preguntó si yo había llegado…

Son cosas que pasan.

¿Se acuerdan del otro individuo que me había invitado a salir y luego se le olvidó? Pues a ese individuo lo tengo ahora trabajando a menos de 10 metros de mi escritorio, así que ahora tengo doble preocupación: mi trabajo y que no se pase rollos de más, porque la cosa sería muy distinta si me hubiese sacado a bailar, a comer o a lo que haya querido el fin de semana siguiente de la fiesta de la empresa, pero a esta altura del partido tiene fuerte competencia…

Ser o no ser… ¿Qué será mejor? ¿Uno de 36 soltero con buen trabajo o uno de 42 soltero pero con dos hijos?