La Fiesta del Año
Todos los años en esta época me vuelvo loca pensando qué me voy a poner para esa noche tan especial. Es que es la única noche del año en que realmente me preocupo de cómo me voy a vestir, qué joyas deberé usar y hasta qué hora me quedaré.
Porque la fiesta de aniversario de la empresa es todo un reto. Porque una cosa es que te vean todos los días con uniforme, los viernes con ropa de calle, pero otra cosa es que te vean con traje de noche, sin importar si son las mismas pilchas que te pones para ir a cualquier pub o disco a bailar.
Es que todas las mujeres de la empresa se quieren lucir, todas quieren sobresalir (claro, para algunas nos es más fácil que para otras) Por eso es que la preparación es ardua y muy cuidada. Me he pasado las dos últimas semanas pensando qué me voy a poner para verme más regia y estupenda que cualquiera que se me pare al lado. Yo sé que no todas piensan así, que a lo mejor soy la única burra que piensa así. Pero este año la fiesta será en el Castillo Hidalgo y algo me dice que será la última fiesta de la empresa, no porque yo deje de trabajar ahí (cosa falsa por lo demás) sino que por culpa del nuevo gerente que todo lo encuentra un gasto excesivo.
Estos días he pensado que me hace falta un buen shopping con la Moira al lado para que me guíe diciéndome qué debo y que no debo usar. Estuve pensando en la idea de usar un vestido negro, bien escotado, con botas negras altas y largas hasta la rodilla... pero la bruta de mi hermana me comentó hoy al almuerzo que quería vestirse igual, por lo tanto, olvidemos el vestidito. Otra idea era usar una blusa transparetemente escotada, con pantalones cortos y botas largas... mmm... eso me gusta. Y si no es con esa blusa, puede ser con un sweater con mangas murciélago, negro, calado, apenas con ropa interior debajo... sí, están en lo correcto, el sweater también es transparente.
No sé, esta Cenicienta necesita urgentemente que se le aparezca su Ada Madrina y la lleve de shopping, con la tarjeta de crédito bajo el brazo.
Porque la fiesta de aniversario de la empresa es todo un reto. Porque una cosa es que te vean todos los días con uniforme, los viernes con ropa de calle, pero otra cosa es que te vean con traje de noche, sin importar si son las mismas pilchas que te pones para ir a cualquier pub o disco a bailar.
Es que todas las mujeres de la empresa se quieren lucir, todas quieren sobresalir (claro, para algunas nos es más fácil que para otras) Por eso es que la preparación es ardua y muy cuidada. Me he pasado las dos últimas semanas pensando qué me voy a poner para verme más regia y estupenda que cualquiera que se me pare al lado. Yo sé que no todas piensan así, que a lo mejor soy la única burra que piensa así. Pero este año la fiesta será en el Castillo Hidalgo y algo me dice que será la última fiesta de la empresa, no porque yo deje de trabajar ahí (cosa falsa por lo demás) sino que por culpa del nuevo gerente que todo lo encuentra un gasto excesivo.
Estos días he pensado que me hace falta un buen shopping con la Moira al lado para que me guíe diciéndome qué debo y que no debo usar. Estuve pensando en la idea de usar un vestido negro, bien escotado, con botas negras altas y largas hasta la rodilla... pero la bruta de mi hermana me comentó hoy al almuerzo que quería vestirse igual, por lo tanto, olvidemos el vestidito. Otra idea era usar una blusa transparetemente escotada, con pantalones cortos y botas largas... mmm... eso me gusta. Y si no es con esa blusa, puede ser con un sweater con mangas murciélago, negro, calado, apenas con ropa interior debajo... sí, están en lo correcto, el sweater también es transparente.
No sé, esta Cenicienta necesita urgentemente que se le aparezca su Ada Madrina y la lleve de shopping, con la tarjeta de crédito bajo el brazo.
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