Ritual de Fin de Año
Dicen que
es bueno hacer un ritual en Año Nuevo para cerrar la etapa del año que se va.
Mi ritual durante mucho tiempo ha sido hacer un recuento del año que se va,
confesar cosas y pedir buenas vibras para el que viene.
Si
tengo que hacer un balance real, este año que se va no fue bueno. Partió malo
con el fin de la historia entre Mr. Right y yo, a pesar que de vez en cuando
aún nos saludamos, no es lo mismo. Obvio, la segunda parte no fue buena y por
experiencia sé que las terceras partes son peor aún así que ¿para qué
desgastarme escribiendo una mala novela que nadie querrá leer?
El amor
este año estuvo esquivo, algunas trazas por aquí y por allá pero nada concreto.
Al final creo que fui yo quien no quiso concretar nada. Mejor sola que mal
acompañada. ¿Alguna historia oculta? Obvio, una grande, fuerte y linda, como
suelen ser todas esas historias y por lo mismo la dejaremos en el anonimato.
Sólo diré que por primera vez me sentí amada de verdad. Lamentablemente mis
relaciones siempre son imposibles así que ya se imaginarán como terminó esa
historia.
Me topé
con un par de hombres extraños. Uno que se las daba de Cristian Grey (¿lo
recuerdan?) y que en el fondo no era más que un tipo simpático que trataba de
atraer miradas de mujeres pero incapaz de concretar algo con nadie. Y otro que,
de haber sabido los problemas que me iba acarrear, mejor no lo hubiese conocido
y no hubiese aceptado verlo en persona.
Es que hay
hombres raritos en esta fauna de cemento que tanto me gusta. Porque a pesar del
calor en verano, del frío en invierno, de la congestión vehicular, del stress
que algunos insisten en ponerle, esta ciudad tiene su encanto con sus calles
llenas de gente, con los jóvenes estrafalarios, con sus galerías de arte y con
sus parques. Me gusta Santiago más que otras capitales que he tenido la suerte
de conocer.
Echo de
menos la época en que tenía más tiempo para mí, cada vez dedico más tiempo en
otras personas, en mi casa, mi familia, que en mí. Eso es algo que este año que
viene debe revertirse o terminaré volviéndome loca. Necesito mi espacio,
necesito hacer otras cosas. Por el momento estoy tratando de hacer que hablar
con las personas por teléfono me guste. Nunca me ha gustado pero comprendo que
es un contacto necesario porque no todos escriben correos para comunicarse.
Al fin
y fuera de todo pronóstico este año logré operarme de la vista. Después de
tantos años me atreví y hoy puedo ver sin mis viejos lentes. Me estaban
comenzando a dañar el ojo y lo más preocupante, los lentes de contacto estaban
comenzando a provocarme alergia que hacía que mis ojos se hincharan en forma
desproporcionada. Creo que esa fue la mejor parte de este año, más allá del
gasto que tuve que hacer. Gasto que luego se multiplicó pues estuve a punto de
perder dos piezas dentales por culpa de mi maldito sistema nervioso que hizo
que se me quebraran dos muelas con un intervalo de una semana entre una y otra.
Mi bolsillo está resentido pero sé que mi situación mejorará en cuanto llegue
Marzo.
Tuve
que despedir a mi tía Carmen. Eso fue doloroso, uno no quisiera despedir a la
gente que quiere pero su salud se deterioró rápidamente este invierno y ella
misma confesó en un minuto que ya estaba cansada de vivir y que quería
descansar. Su deseo se cumplió y hoy sé que está feliz.
Y las
eternas intrigas de gente que anda a mi alrededor. A veces creo que jamás se
cansarán o que su vida es tan pobre que no tienen nada mejor que hacer que
andar pelando e inventando cuentos. Si algún día me encaran ¡volarán plumas! Porque
muchas verdades saldrán a relucir. Verdades que a una persona en particular no
le conviene que se sepa. Pero no soy tan mala, las dejaré que continúen con su
cuento mientras yo busco mi felicidad por otro lado.
De las
preguntas sin respuestas de este año, creo que la más importante es saber por
qué con tal de dañarme pasan a dañar a otras personas. ¿No habría sido más
fácil buscar una forma de hacerlo sólo a mi y no indirectamente dañando a otras
personas que necesitan de ayuda? Eso por más que lo pienso no lo entiendo.
Falta de corazón creo que se llama ¿o de inteligencia para hacer las cosas?
Siempre
me han tratado de tonta, pero creo que se las pasó la mano con la tontera en
algunos temas. Al final descubrí que no hay nada mejor que sentarse a mirar por
la ventana como se agarran del moño por nada. Es como una teleserie mal
contada, de esas mexicanas malas donde todo es un enredo tal que lo mejor que
se puede hacer es escuchar y observar. Claro, en el supuesto que no te puedas
sacar de encima a los personajes o que alguien insista en ponerte de
protagonista.
Y así
se fue el año, aprendí cosas nuevas, conocí gente nueva. Gente quedó en el
recuerdo, otras ocuparon su lugar y nadie sabe cuándo quedarán atrás y serán
reemplazadas nuevamente. Porque las únicas personas que son irreemplazables en
tu vida es tu familia (por más que algunos quisieran) Así que a disfrutar de
quienes te rodean y a rezar para que el próximo año sea de verdad mejor que
este. Que traiga buenas cosas en lo personal más que en lo material, porque lo
material siempre se puede conseguir, pero el amor y cariño de quienes amas es
otra cosa.
Que
tengan todos un Feliz Año 2014 y prometo retomar la escritura por tanto tiempo
abandonada sin saber por qué.
Comentarios
Saludos y que tengas un excelente año 2014