Agosto

Este es el Agosto más largo del que tengo recuerdo, se me ha hecho tan extremadamente largo que me parece eterno.


El mes partió bien, con un regalo que no me esperaba: pasajes y estadía gratis en Iquique por todo un fin de semana. Fui feliz, no tenía mucho dinero, así que no compré muchas cosas, pero lo pasé genial con un grupo de personas (todas mujeres) a las que no conocía, pero fueron todas muy amables y gratas, lo que hizo de esos tres días un tiempo inolvidable.


Estuve alojada en un hotel precioso, en el noveno piso, con una vista maravillosa a toda Cavancha: desde el sector de surfistas hasta la peninsula de Cavancha, el edificio está construido de tal forma que los ventanales dan casi la vuelta para ver toda la ciudad.


Para qué decir la comida, hubo varias comidas incluidas en el servicio, en los mejores restaurantes y muy variada, al almuerzo me iba al mercado, al segundo piso, a comer locos con mayonesa y vino blanco helado.


El segundo fin de semana de Agosto fue largo y fue el fin de más largo que he pasado. Todo iba bien hasta el día lunes al medio día que me llaman para avisarme de una tragedia: Mi amiga Xi estaba grave con riesgo vital, un aneurisma se le había reventado provocándole una hemorragia cerebral y nadie sabía si iba a sobrevivir.


Mi amiga Xi. Se me vinieron mil recuerdos a la cabeza y me largué a llorar desconsoladamente sin saber muy bien qué hacer. Ya más calmada, comencé a avisar y a tratar de obtener más información. Finalmente volé a la Clínica donde iba a ser trasladada. Fue un día muy intenso, de muchas llamadas telefónicas, muchas explicaciones donde nadie encontraba una explicación, muchas lágrimas y ¿por qué no? muchas risas también recordando las cosas que hacíamos de pequeñas en el colegio.


Me pesó mucho en el alma esta noticia. Me pasé toda esa semana (y sigo hasta hoy) preocupada de su estado. Los médicos dicen que es casi un milagro que esté viva. Yo también creo que es un milagro, un tremendo milagro de amor y fe. No hubo persona que no le enviara sus mejores deseos.


"Le voy a rezar a Santa Teresa por ella" "Yo al Padre Hurtado" "El Rosario es milagroso" "Juan Pablo II se la juega!" "Hay que enviarle mucha luz de color verde para la salud" "Un rayo de luz rosado para su corazón" "Aceite y rezos a San Charbel"


Ufff... en un momento pensé encontrarme en la sala de espera de esa Clínica con el mismísimo Dalai Lama... Cada persona en su propio credo la encomendó a su santo particular. Pero lo más importante es que cada granito de arena ha servido para que cada día mi amiga Xi esté más cerca de su recuperación.


Al fin de semana siguiente pasó algo particular. Temprano fui a sacar la revisión técnica de mi auto y algo le pasó en la mañana a mi papá que decidió tenerme de chofer todo el día. Eso me gusta, siempre me ha gustado ser su chofer.

En la tarde mi mamá se fue a tomar once a la casa de mi hermana mayor porque ella le quería celebrar el cumpleaños. Mi papá y mi hermana se distanciaron hace como un mes por razones que no comparto de ninguno de los dos lados. Nada raro en mí: siempre tengo una visión distinta. Así que los sigo queriendo a los dos. Pero no quize ir para que mi papá no se sintiera tan solo en la casa mientras todos celebraban el cumplaños. La sóla idea de verlo toda la tarde solo me parecía macabra.

Dormí toda la tarde como un angelito, hasta que me despertó el teléfono. Era mi amiga Lucía. Hablamos harto rato hasta que se cortó la llamada. Entonces mi papá aprovechó para invitarme a comer afuera.

¡Qué rico! Me encanta salir a comer afuera.

Un sólo problema: tuve que manejar yo así que adiós alcohol... ¡Mentira! Me tomé un rico Martini Seco y luego nos bajamos media botella de Cabernet Sauvignon.

En medio de la conversación mi papá me preguntó por la Moira. No quize contarle la verdad sobre nuestro alejamiento pero le conté sobre sus locuras, su apego a las drogas y el alcohol y demás desmadres. Entendió perfecto por qué me alejé de ella sin tener que pasar por el tema del dinero. Entonces en un minuto de reflexión se me iluminó y le dije "La vida es sabia, te quita un amigo pero te envía otro"

Lo dije pensando en mi amiga Lucía que ha sido una gran revelación para mí, alguien en quien siento que puedo confiar y alguien que siento me entiende... y si no lo hace, no importa, por lo menos me escucha.

No voy a entrar en detalles de dónde salió, sólo puedo decir que es de una Secta Secreta a la que ahora pertenezco... no se preocupen, no es de esas sectas donde todos terminan suicidándose ni donde adoran platillos voladores. Es algo muchísimo más terrenal que eso. Digamos que es una especie de Club de Lulú privado.

Y así pasó otra semana más. Entre paros, barricadas, sonidos de disparos lejanos, cortes de luz, cambios en la ruta para no encontrarme con problemas en el camino. Finalmente mi colon no dió más y he comenzado a sentirme realmente mal. Hinchada, molesta, deprimida, cansada e intolerante. Hay días que me dan ganas de no contestar más el teléfono, ganas de no llegar a trabajar, ganas de tirar todo por la borda e irme lejos.

Siento que la única persona en quien podría descansar, no está.

Tengo una lista grande de cosas que quisiera cambiar, hay algunas que puedo llevarlas a cabo, pero otras que simplemente se me escapan de mis manos. Hoy la Lucia me dijo "hagamos esa lista" y a mí se me pararon los pelos porque siento que hay demasiadas cosas que andan mal en mi vida. Igual que los boxeadores, les hago el quite cada vez que veo el puño acercarse a mi cara.

Hasta aquí he salido airosa pero ¿podré hacerles el quite eternamente? ¿llegará el minuto en que logre hacer que las cosas cambien, aunque sea de a poco?

Soy optimista, me tengo fe y confianza. Sé que las cosas cambiarán para mejor. No de la noche a la mañana como a veces me hacen creer que funcionan las cosas, pero de a poco sí.

Un día me despertaré y todo será distinto.

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