Los Sapos y El Príncipe

¿A quién no le contaron ese cuento sobre la princesita que besaba un sapo y este se convertía en Principe?

¿Cuántos libros no han salido al respecto?

Quiero la cabeza de los hermanos Grimm.

Habemos dos tipos de mujeres: Las que viven buscándo un Príncipe (y lo que es peor, lo encuentran!!) y las que vivimos besando Sapos.

Demás está decir que a las primeras les va muy bien. Encuentran un Príncipe, lo manipulan, se transforman en unas cabronas, el muy tonto las sigue, las persigue y ellas logran su gran cometido final: Transformarse en Reinas de su hogar.

Pero a nosotras, a esta raza de mujeres dentro de las que me incluyo (no sé bien si orgullosa o no, pero tengo claro que ahí estoy) nos da por andar besando Sapos con toda la fe puesta en que abriremos los ojos y se habrán transformado en unos magníficos Principes, merecedores del trono, la capa, la espada, nuestro corazón, etc, etc, etc.

¡Qué triste es abrir los ojos e ir descubriendo que el "Sapito lindo de charquita de agua clarita" se va transformando lenta y progresivamente en un "Feo Sapo hediondo de pantano"!

¡Hasta cuándo besamos Sapos! ¡Yo quiero mi Principe A-HO-RA! ¡Por que en el famoso libro de los hermanos Grimm dice clarito "EL SAPO SE CONVIERTE EN PRINCIPE"!

¡Llévense este Sapo de Pantano de aquí que ya no lo quiero más!

Comentarios

Anónimo dijo…
que verdad, aveces crees tener ese principe y se convierte en sapor que no quieres ver, es como si sacará las garras y te da el agarron y cuanto dueles...sabes creo que los principes no existen, que todos con defectos y fortalezas no somos capaces de alcanzar ese status y nosotras tampoco las de reina...el amor es tan extraño, un misterio, una magica o simplemete una caja de pandora ufff...
Anónimo dijo…
Cierto es que los sapos de pantano abundan, pero los príncipes también. Solo hay que saber diferenciarlos y el corazón de una mujer es la mejor herramienta para lograr aquello. Ese sexto sentido esa intuición que solo nosotras tenemos hace posible saber si él es el indicado. En lo mas profundo de nuestra conciencia sabemos si es un sapo de pantano o un principe azul, pero hay mujeres que desean tanto que ese sapo sea el indicado que hacen caso omiso de su intuición. Nuestro príncipe está ahí esperando igual que nosotras, y va a aparecer, pero no hay que negarse a besar a uno que otro sapo, porque nunca se sabe donde esta escondido el amor de nuestras vidas.
Anónimo dijo…
Pues esa dicotomía que estableces entre las dos clases de mujeres me parece tremendamente limitada. Que estás queriendo decir?? ¿Que la que no besa sapos es porque consigue manipular a un tipo y tenerlo a su merced? Pues vaya vida más triste.

Yo, personalmente, nunca he buscado un principe (será porque soy antimonárquica hasta la médula). A mi lo que me gusta es la gente normal. De ese modo, he encontrado un hombre al que quiero y que me quiere, que es mi amigo, que es mi amante, mi cómplice, que me hace crecer como persona y que me enriquece.

Hay que mirar a las personas tal y como son, no esperando que se conviertan en otra cosa.

Por cierto, estaría bien que hicieras algún caso a los comentarios, y le dieras algún tipo de vida a esta parte.
Nekki dijo…
Yo creo que la palabra mágica en esto es la "autoestima", las mujeres que tienen la autoestima muy en alto, jamas permitirá que ningún sapo la pase a llevar o la haga sufrir porque se ama más a ella... si se encuentra con sapos en su camino los manda a la mismisima mierda a la primera decepción, al primer desplante, no como las besadoras de sapos, que vivimos con la esperanza de que el sapo en cuestión "algún día" cambiará o se "dará cuenta" y esperamos como idiotas algo que jamás sucederá... las besadoras de sapos no tenemos nuestra autoestima en el primer lugar precisamente, por eso los sapos llegan y hacen lo que quieren con nosotras... las otras mujeres jamás se dejarán manipular, por eso ellos actuan como cachorros frente a ella, en cambio con las besadoras de sapos se aprovechan... y esto es un circulo vicioso, uno no existe sin el otro... y se atraen entre si...

Si quieres un principe, aunque esos no existen, la receta es primero tu, segundo tu, tercero tu y finalmente... tu...

Saludos!
leona dijo…
Hay que fijarce querida, mira que los que pintan de principes ( se ven lindos amables caballeros y generosos)y eso a mi ya no me convencen; mira que me vi engañada por que al pasar el tiempo (mas o menos unos cuatro años te vas dando cuenta que son " mula" esa linda actitud y personalidad) y mas encima ya no estan tan lindos, terminan siendo una maza de liposidad, por que ya ni se cuidan, ni se bañan, asi que no te engañes.
Hoy estoy acompañada de un verdadero caballero y aun que su armadura no es tan brillante es el mejor, señor entre los señores y te lo digo, los no tan agraciados como los principes de pelicula, son los mejores amante en todo orde de la palabra,ya veras y sera muy muy feliz.

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