¿Pelao Grande o Pelao Chico?
Antes de comenzar a escribir ya estoy escuchando (o leyendo) lo que mi gaucho Martin Fierro tiene que decir al respecto de lo que les voy a contar. Eres muy sabio Martin, por eso te quiero... aunque seas Argentino.
Bueno, entremos en tierra derecha.
El viernes me junté con mis Divinas, todas lindas, regias, apolíneas. Nos juntamos esta vez en la casa de una de ellas. La jornada se extendió por toda la noche: llegamos tipo 21:30 horas y nos levantamos alrededor de las 04:30 horas. ¿Se pueden imaginar lo cansadas que estaban nuestras féminas lenguas?
La conversación fluyó como río desbocado y fue lejos la velada más entretenida que he tenido en mucho tiempo: se tocaron tantos temas, desde embarazos, bebés, maridos, novios, amantes, condones, reacciones alérgicas, fantasmas, espíritus, reencarnación, datos de belleza... ufff... todo un aquelarre.
Entre medio de toda esta amena conversación, me preguntaron por mi vida amorosa. Esa vida que hace tiempo que tengo pero no tengo.
Bueno, lo más cercano que tengo a vida "amorosa" - si le podemos llamar así - es mi relación con el Pelao Grande (Mister M) que va y viene de una semana a otra sin llamadas a cada rato, sólo cuando me necesita o yo lo necesito. Por primera vez hablo abiertamente de esa relación que lleva años (sí, no lo niego, son años en las mismas circunstancias) y cuento un poquitito más a fondo acerca del personaje en cuestión.
Por otro lado está el Pelao Chico, con el cual tengo sólo una amistad, pero que no me molestaría para nada terminar enredada entre medio de sus piernas. Son cosas de las feromónas que el niñito ese exhuda que me hace tiritar. Hoy me dijo que yo era coqueta (no sólo con él, sino en general) y no supe qué decir: me quedé en blanco.
Volviendo al Pelao Grande, tanto hablé de él que el sábado lo ví en un mall capitalino, bajándose del auto que conozco bien ¡¡Con la señora!!
Horror, no vivía esto desde la noche que Javier llegó con su señora a un pub donde yo estaba con mis amigas. Al día siguiente me llamó muy orgulloso a preguntarme cómo había encontrado a su señora ¿Cómo le iba a decir que me pareció horrenda? Y no fueron los celos, es que nadie en su sano juicio puede salir por la noche a un lugar público con su marido vistiendo una camisa escocesa amarrada en la cintura, jeans desteñidos, tenis, mochila y sin maquillaje. Salí diplomáticamente del embrollo dicíendo que estaba muy oscuro, así que no la había podido ver bien.
En este otro caso, era medio día, pleno sol, plena vía pública. Pero él no me vió, sólo yo los ví. La Moira me dice que le diga sobre este encuentro. No sé si decirle ¿para qué? ¿para incomodarlo? Obvio que no es para decirle tácitamente que sé que tiene mujer cuando eso lo sé desde antes de enredarme con él.
¿Por qué no le hago más empeño al Pelao Chico? porque acaba de volver con su novia.
En fin, Pelao Grande, Pelao Chico, Pelao Desgraciado (ese es el Pelao número uno) Todos los Pelaos son iguales, el problema radica en que me encantan los Pelaos!!!!!
Bueno, entremos en tierra derecha.
El viernes me junté con mis Divinas, todas lindas, regias, apolíneas. Nos juntamos esta vez en la casa de una de ellas. La jornada se extendió por toda la noche: llegamos tipo 21:30 horas y nos levantamos alrededor de las 04:30 horas. ¿Se pueden imaginar lo cansadas que estaban nuestras féminas lenguas?
La conversación fluyó como río desbocado y fue lejos la velada más entretenida que he tenido en mucho tiempo: se tocaron tantos temas, desde embarazos, bebés, maridos, novios, amantes, condones, reacciones alérgicas, fantasmas, espíritus, reencarnación, datos de belleza... ufff... todo un aquelarre.
Entre medio de toda esta amena conversación, me preguntaron por mi vida amorosa. Esa vida que hace tiempo que tengo pero no tengo.
Bueno, lo más cercano que tengo a vida "amorosa" - si le podemos llamar así - es mi relación con el Pelao Grande (Mister M) que va y viene de una semana a otra sin llamadas a cada rato, sólo cuando me necesita o yo lo necesito. Por primera vez hablo abiertamente de esa relación que lleva años (sí, no lo niego, son años en las mismas circunstancias) y cuento un poquitito más a fondo acerca del personaje en cuestión.
Por otro lado está el Pelao Chico, con el cual tengo sólo una amistad, pero que no me molestaría para nada terminar enredada entre medio de sus piernas. Son cosas de las feromónas que el niñito ese exhuda que me hace tiritar. Hoy me dijo que yo era coqueta (no sólo con él, sino en general) y no supe qué decir: me quedé en blanco.
Volviendo al Pelao Grande, tanto hablé de él que el sábado lo ví en un mall capitalino, bajándose del auto que conozco bien ¡¡Con la señora!!
Horror, no vivía esto desde la noche que Javier llegó con su señora a un pub donde yo estaba con mis amigas. Al día siguiente me llamó muy orgulloso a preguntarme cómo había encontrado a su señora ¿Cómo le iba a decir que me pareció horrenda? Y no fueron los celos, es que nadie en su sano juicio puede salir por la noche a un lugar público con su marido vistiendo una camisa escocesa amarrada en la cintura, jeans desteñidos, tenis, mochila y sin maquillaje. Salí diplomáticamente del embrollo dicíendo que estaba muy oscuro, así que no la había podido ver bien.
En este otro caso, era medio día, pleno sol, plena vía pública. Pero él no me vió, sólo yo los ví. La Moira me dice que le diga sobre este encuentro. No sé si decirle ¿para qué? ¿para incomodarlo? Obvio que no es para decirle tácitamente que sé que tiene mujer cuando eso lo sé desde antes de enredarme con él.
¿Por qué no le hago más empeño al Pelao Chico? porque acaba de volver con su novia.
En fin, Pelao Grande, Pelao Chico, Pelao Desgraciado (ese es el Pelao número uno) Todos los Pelaos son iguales, el problema radica en que me encantan los Pelaos!!!!!
Comentarios
Y yo que pensé que estabas lejos de algo como eso... vaya sorpresa que me he pegado este nuevo año...
Si te las traes chiquilla...
yo te quiero porque sos chilena! jaja
Y si, somos pocos y nos conocemos mucho...
Por lo que hemos leido hasta ahora es claro vos tenes una habilidad increible para autoinflingirte dolor...
Si vos requete sabes que estos pelaos grande, chico, alto, petiso, etc, etc, solo te traen, a la larga o a la corta, dolor de corazon.
Asi que si igual elegis revolotear en torno a estos personajes, no hay mucho mas por hacer, Kitty.
Yo igual te voy poniendo unos almohadones en el piso para que cuando lo del pelao chico (que es el que se viene evidentemente) se desencadene, vos no te machuques mucho...
Besos!
M_F
Besotes