Qué Aburrido!!!
Esta semana ha sido aburrida. En el trabajo todo sigue igual, sólo una mención interesante con respecto a supuestas nuevas funciones que me quieren imponer. No sé si estoy de ánimo como para aguantar mucho tiempo más ahí. Por lo mismo sigo buscando trabajo.
Entre jueves y viernes hubo un problema con un cliente importante. Me llamaron sutilmente la atención, realmente me dió lo mismo: a mi cliente no lo atendieron como correspondía y a un jefe no le gustó que ese cliente acudiera a mí para que lo ayudara. No es mi culpa ni mi problema. Es problema de ellos que no tienen gente idónea para atender clientes importantes. Podrían echarme por todo lo que pasó, a mi me conviene que me echen... ojalá lo hagan; pero no lo van hacer por la cantidad de dinero que la empresa tendrá que desembolsar para que yo me vaya, por lo tanto, seguiré en el mismo lugar.
Por otro lado, el miércoles me quedé a jugar voleyball en la oficina. Para qué estamos con cuentos, yo no nací para hacer deporte. Tengo pánico escenico en la cancha cuando veo venir la pelota hacia mi. Hice el reverendo ridículo; pero me reí mucho pues no había malla para voley así que usamos la malla de tenis. Como nadie había jugado por mucho tiempo, daba lo mismo cómo hacíamos pasar la pelota al otro lado: puñetes, patadas, cabezasos, todo valía.
El viernes fue un chiste: tenía que juntarme con la Ale en la Plaza de Armas para ver unos rosarios, llegué ahí, busqué, busqué y no encontré nada que me gustara. La llamé por teléfono y no le entendí muy bien lo que dijo así que me fuí al salón de belleza de la Paola.
Llegué allá, nos tomamos un café, luego bajé para que me hicieran la pedicure. Estaban comenzando cuando sonó mi teléfono: era la Ale que estaba buscándome en la mitad de la Plaza de Armas. Le dije donde estaba así que se fue para allá.
Estaban comenzando a hacerme la manicure cuando sentí la voz de la señora jueza (la Revequito) así que, finalmente, nos juntamos todas en el salón de belleza a conversar y a seguir luchando contra la naturaleza.
Estuvo entretenido, más entretenido aún cuando el sábado nos dejaron plantadas a la Ale y a mí en el departamento de la Ale... bueno, se entiende pues no llegó la enfermera del papá de la Revequito.
Y hoy, bueno, hoy ha sido un día para pensar un poquito y tomar fuerzas para una nueva semana.
¿Qué me traerá?
Entre jueves y viernes hubo un problema con un cliente importante. Me llamaron sutilmente la atención, realmente me dió lo mismo: a mi cliente no lo atendieron como correspondía y a un jefe no le gustó que ese cliente acudiera a mí para que lo ayudara. No es mi culpa ni mi problema. Es problema de ellos que no tienen gente idónea para atender clientes importantes. Podrían echarme por todo lo que pasó, a mi me conviene que me echen... ojalá lo hagan; pero no lo van hacer por la cantidad de dinero que la empresa tendrá que desembolsar para que yo me vaya, por lo tanto, seguiré en el mismo lugar.
Por otro lado, el miércoles me quedé a jugar voleyball en la oficina. Para qué estamos con cuentos, yo no nací para hacer deporte. Tengo pánico escenico en la cancha cuando veo venir la pelota hacia mi. Hice el reverendo ridículo; pero me reí mucho pues no había malla para voley así que usamos la malla de tenis. Como nadie había jugado por mucho tiempo, daba lo mismo cómo hacíamos pasar la pelota al otro lado: puñetes, patadas, cabezasos, todo valía.
El viernes fue un chiste: tenía que juntarme con la Ale en la Plaza de Armas para ver unos rosarios, llegué ahí, busqué, busqué y no encontré nada que me gustara. La llamé por teléfono y no le entendí muy bien lo que dijo así que me fuí al salón de belleza de la Paola.
Llegué allá, nos tomamos un café, luego bajé para que me hicieran la pedicure. Estaban comenzando cuando sonó mi teléfono: era la Ale que estaba buscándome en la mitad de la Plaza de Armas. Le dije donde estaba así que se fue para allá.
Estaban comenzando a hacerme la manicure cuando sentí la voz de la señora jueza (la Revequito) así que, finalmente, nos juntamos todas en el salón de belleza a conversar y a seguir luchando contra la naturaleza.
Estuvo entretenido, más entretenido aún cuando el sábado nos dejaron plantadas a la Ale y a mí en el departamento de la Ale... bueno, se entiende pues no llegó la enfermera del papá de la Revequito.
Y hoy, bueno, hoy ha sido un día para pensar un poquito y tomar fuerzas para una nueva semana.
¿Qué me traerá?
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Saludos!