De Vuelta Al Trabajo

La semana pasada retomé mi rutina habitual. Debo confesar que después de pasar tres semanas sumida en la más oscura de las depresiones por no tener nada que hacer, fue un verdadero alivio poder volver.

Si bien mis pesadillas durante las vacaciones tenían su razón: mi jefe ya no es mi jefe pero sigue siendo mi jefe. Suena enredado pero no lo es tanto, les explico: mi jefe dejó de ser el jefe de la sección pero yo sigo bajo sus ordenes para casi todo. Creo que lo único que ya no me pide son las llamadas telefónicas, porque el cafecito con un vaso de agua fría y la leche con chocolate en invierno están aseguradas.

Un jefe nuevo, una cajera nueva, todo el departamento de pre entrega y tráfico en nuevas instalaciones hacen que mi oficina se vea más grande que antes. Mucho más silenciosa también y eso lo agradezco un poco porque habían días que me volvía loca con tanto ruido de acaloradas conversaciones, risas, gritos, etc.

Dentro de los jefes nuevos está Rodrigo, bueno, a decir verdad él es jefe hace tiempo pero recién este verano comenzamos a conocernos... como jefe y subalterno obviamente. Cuando llegó a trabajar a la empresa hace casi dos años, para él yo era María Pilar, luego fui Pilar, después pasé a Pili y ya este verano logré la categoría más alta a la que se puede aspirar con un jefe: Pilita.

El jueves por la mañana me pasó $50.000.- pesos con la orden de sacar un vale vista para una municipalidad donde le habían sacado un parte por conducir a exceso de velocidad.

Yo: Angelo, anda al Banco Estado a sacar un vale vista para esta municipalidad, aquí está el dinero.

Angelo: Ya mi niña ¿por cuánto hay que hacer el vale vista?

Yo: No sé, Rodrigo me dejó $50.000.- supongo que es por ese el monto

Al medio día Angelo me llamó:

Angelo: Mi niña, me están cobrando un porcentaje extra por no ser cliente del banco ¿lo saco no más?

Yo: ¿Te alcanza la plata?

Angelo: Sí

Yo: Dale no más entonces

Al rato después pasó Rodrigo por mi escritorio:

Rodrigo: Pilita ¿cómo le fue al Angelo con el vale vista?

Yo: Bien, pero le cobraron un porcentaje por no ser cliente del banco

Rodrigo: Sí, yo sabía, pero como era sólo 1 UTM (Unidad Tributaria Mensual) le alcanzaba demás

Entonces me dí cuenta de la gran metida de pata... 1 UTM no son más de $34.000.- más la comisión, debía darle de vuelta $10.000.- aproximadamente y más encima el vale vista no servía.

Llamé de inmediato a Angelo:

Yo: Angelo, metimos la pata, en algún lugar del papel que te dí dice que el vale vista debía ser por 1 UTM

Angelo: Pero el cajero no me dijo nada cuando le dí el papel y ya cerraron los bancos...

Yo: El cajero no tiene idea ¿Vienes para la oficina ahora?

Angelo: Sí

Yo: Entonces te escondes por lo que queda de la tarde, mañana a primera hora te vas al banco a cambiar el vale vista

Hasta ahí todo bien, llegó la hora de salida y no volví a ver a Rodrigo. Eran más de las 8 de la noche, ya me había tomado el primer pisco sour de la noche (era "Viernes Chico") cuando sonó mi celular:

Yo: ¿Aló?

Rodrigo: Aló, Pilita ¿dónde dejó Angelo el papel que te pasé para que me sacaran el vale vista? Mira que ese papel reemplaza mi licencia de conducir mientras no page el parte, no puedo manejar sin él...

Yo: No ví al Angelo, déjame llamarlo y te aviso

Colgé el teléfono muerta de la risa por efecto del alcohol, sabiendo que estaba a punto de pasar de Pilita a María Pilar otra vez, llamé a Angelo:

Yo: Angelo!! nos pillaron ¿dónde dejáste el papel que te pasé en la mañana para sacar el Vale Vista? mira que sólo con ese papel Rodrigo puede manejar...

Angelo: Chu... mi niiiiiñaaaa.... lo dejé en la oficina, sobre el escritorio, pero está cerrado con llave

Yo: Ya, no te preocupes, de ahí veo cómo me las arreglo

Llamé de vuelta en seguida a Rodrigo y le dije que el papel estaba en la oficina, sobre el escritorio y que los guardias tenían copia de la llave. No le dije nada más y me persigné para que no me retaran.

Al otro día, la primera persona que me encuentro es Rodrigo:

Yo: ¿No tuviste problemas para que los guardias te abrieran la oficina? (con cara de blanca paloma)

Rodrigo: No, pero el cajero se equivocó, me hizo el vale vista por $50.000.- y no por la UTM, el problema es que a veces los cajeros de las municipalidades son un poco complicados...

Yo: No te preocupes, mando en seguida al Angelo para que lo cambie... Angelo!!! (con cara de "estos cajeros no hacen nada bien")

Salí gritando inmediatamente aprovechando que Angelo estaba moviendo unos vehículos:

Yo: Ya socio, vaya corriendo al banco a cambiar esta cosa y asegúrate que te lo hagan por 1 UTM

Angelo: ¿Don Rodrigo no dijo nada?

Yo: No, le echó la culpa al cajero...

Para finalizar, el cajero hizo el vale vista como correspondía, pero se olvidó cobrar la comisión por no ser cliente del banco, así que Rodrigo, quien a todo esto es el sub gerente, quedó super convencido que toda la culpa había sido del cajero. De esta forma, sigo siendo Pilita. Y si me preguntan si no me da verguenza haber culpado a otro, pues en esta ocasión no me da verguenza, al contrario, me he reido con esta tontera, como cuando nos reíamos con la Moira mientras le poníamos sobrenombres al Chupacabras.