Tu Tranquila

Este verano se me está haciendo más largo y más aburrido que nunca. Hace tiempo que no pasaba un verano tan tranquilo como este. No hay mucha acción por las callecitas de Santiago.

Pero no importa, tu tranquila.

No hace mucho salí con un tipo que era muy simpático y tenía bonita letra. Me invitó al cine a ver esa película con John Travolta y Salma Hayek, se las recomiendo porque Salma Hayek hace un muy buen papel, a lo mejor de pronto la película se pone lenta y dan ganas de bostezar, pero vale la pena ver la actuación de ella. Después del cine y a pesar que él había dicho que tenía hambre, en vez de llevarme a tomar o comer algo, me llevó directamente de vuelta a mi casa y nunca más supe de él.

Pero no importa, tu tranquila.

Mi mamá con mi hermana ya volvieron de sus vacaciones, la casa nuevamente se ve en el desorden de antes y todo sigue igual, mi mamá que habla demasiado fuerte, casi como si estuviera gritando, la Isa con su look entre gótico-visual-pokemón (aunque a ella no le guste esto último, si la ven caminando por la calle es fácilmente confundible con uno) y con su mal genio de siempre que uno no sabe qué es lo que realmente quiere.

Pero no importa, tu tranquila.

Esta semana fui a cotizar mis próximas vacaciones que pretendo pasarlas en Buenos Aires. La verdad es que los valores están bastante convenientes y como me tocó un chico bastante clever, me explicó que pasar más días en Buenos Aires era más barato que menos días; saqué la cuenta y tenía razón. La Moira se asusta cuando le hablo en dólares, pero una vez que le hice la conversión a pesos chilenos y le dije lo poco que era pasar un día más, se dio cuenta. Ahora falta sólo que su jefe le dé las vacaciones o por lo menos tres días para juntarlos con un fin de semana y así conocer la tierra de Carlitos Gardel y Eva Perón.

¿Y si no le dan las vacaciones?

No te preocupes, tu tranquila.

El trabajo está cada día más acelerado, más clientes, más autos, más problemas y menos personal para todo. Cada día me multiplico para lograr hacer lo que debieran hacer por lo menos dos personas, mi hombro derecho me está pasando la cuenta y lo mantengo a raya a punta de analgésicos y bolsas de agua caliente. Mis vacaciones en tiempo aún se ven lejos y, como sigue personal de vacaciones, el cansancio se me hace cada día más latente; sumando a todo eso que cada vez me cuesta más quedarme dormida: si antes me dormía a las 11 de la noche, hoy no puedo pegar los ojos hasta la 1 de la madrugada y me levanto antes de las 6. No crean que me quedo viendo televisión, apago la tele pasadito las 11.

No te preocupes, tu tranquila.

No he vuelto a saber de Mister Right, si se cansó o se encontró otra no lo sé. Curiosamente yo tampoco me había acordado mucho de él que digamos, hasta este fin de semana que algo dentro de mi hizo click y comencé a acordarme nuevamente de él. ¿Dónde estará? ¿Qué estará haciendo? ¿Se acordará de mi?

No te preocupes, tu tranquila.

Me he dado cuenta que algo muy malo debe pasarme. Hace ya un buen tiempo que salgo de compras y no vuelvo con nada, ni siquiera un par de zapatos (y eso que me he probado unos maravillosos) No sé si será que la abulia ha invadido mi vida, o si comencé a madurar de improviso, o simplemente que no encuentro nada “a mi altura” como para gastarme el sueldo en ello. De todas formas, echo de menos el pasearme por las tiendas soñando con todas esas cosas bonitas disponibles para mi… ¿Será que no estoy conforme con los últimos diseños?

No te preocupes, tu tranquila.

¿Y la Cata? Pues debo confesar que no he sabido nada de la Cata por unas dos semanas más o menos, puede ser menos pero no estoy segura de ello. Lo que pasa es que no he tenido tiempo de llamarla y ella tampoco me ha llamado por lo que debo intuir que está todo bien con su vida. Debe tener casi listo su taller para comenzar a producir sus joyas en forma más masiva y ya debe haber solucionado todos sus problemas con su novio. De lo contrario me habría llamado. Eso al menos creo yo… ¿O no?

No te preocupes, tu tranquila.