Confesiones de Fin de Año

Todos los años para estas fechas nos deseamos lo mejor para el próximo año, nos auguramos mutuamente un año mejor que el que se fue, deseamos paz y prosperidad para nuestras familias.

Además hacemos el balance del año que se fue.

La verdad es que me tiene un poco aburrida el cuento de los buenos deseos y de los balances, simplemente porque uno debiera desearse todos los días del año que a la otra persona le vaya bien, además de hacer un balance día a día y no año a año.

Por eso esta vez no voy hacer ni balances ni a desearles nada que ya les he deseado desde el fondo de mi corazón. Simplemente voy a confesar las cosas que he descubierto:

- Confieso que me gustaría salir más y disfrutar más de la vida de lo que he hecho hasta ahora.

- Confieso que me encantaba recibir miles de correos diarios de mis ex compañeras de curso y que ahora echo tremendamente de menos.

- Confieso que me gustaría tener más tiempo para poder llamar por teléfono a cada uno de mis amigos.

- Confieso que me gustaría tener más tiempo para escribir y menos para trabajar.

- Confieso que me gustaría volver a vivir como si nada malo ocurriera a mi alrededor.

- Confieso que anoche, cuando un tipo me pidió que describiera cómo me gustaban los hombres, me paré en seco a la mitad porque me dí cuenta que estaba describiendo a Mister Right.

- Confieso que he tenido más hombres en mi vida de los que puedo acordarme.

- Confieso que me encantaría tomarme una larga licencia para poder descansar y reponerme.

- Confieso que, a mi edad, nunca me he hecho un chequeo médico como corresponde.

- Confieso que descubrí muy tarde lo bonita que era.

- Confieso que me gustaría volver a ver a un par de hombres que se cruzaron por mi vida y que me dejaron llena de nostalgia.

- Confieso que no me caso porque me es más cómodo vivir en la casa de mis padres que tomar las riendas de una casa propia.

- Confieso que no me gusta el novio de la Cata y no se lo digo de frente por no herir sus sentimientos.

- Confieso que muchas veces me han dado ganas de pararme y darle un combo (no una bofetada, sino un combo) en pleno rostro a personas ineficientes que me sacan de quicio.

- Confieso que me gustaría tener un negocio propio, pero no sé de qué tipo.

- Confieso que me habría gustado ser más deportista.

- Confieso que me habría gustado dedicarme a otra cosa, como haber sido consejera de imagen.

- Confieso haber tratado de suicidarme en dos ocasiones: una no tuve fuerzas con el cuchillo en mis muñecas y la otra no fueron suficientes las pastillas.

- Confieso que nadie en mi casa se dio cuenta de mis intentos de suicidio, nisiquiera con el episodio de las pastillas, y eso que el efecto me duró como dos días.

- Confieso que por eso me tatué el estómago, para recordar lo estúpida que fui.

¡¡Son tantas cosas!! Pero bueno, hoy ya me siento mejor al haberlas dicho.