Tonta

No sé por qué pero desde la semana pasada, más bien, desde mi fracaso sobre el escenario que me ha dado por pensar tonteras. ¿Tanto pudo bajar mi autoestima?

Y es que me he sentido rechazada por una de las pocas personas que realmente me importan dentro de esta empresa y no estoy segura si el problema es que la imagen que tenía de mí se derrumbó, o simplemente me está protegiendo.

No sé qué puede ser, pero no me gusta, me hace sentir incómoda y tonta. Muy tonta.

Quizás deba aplicar plan B, el mismo plan que en su época era A, pero que ahora es B: hacer de cuentas que no me interesa ni me importa.

Sí, creo que esa será una buena idea. Pero mi orgullo sigue herido... por tonta.