Fiestas de 18
Las fiestas dieciocheras me dejaron con varias interrogantes en la cabeza, especialmente dos: ¿hasta cuándo mi hermana me boicotea? Y ¿será Mister Right realmente Mister Right?
Septiembre siempre es un mes de transición porque todo cambia, con la llegada de la primavera todo se pone más verde, los días se alargan y, lo más importante, la temperatura comienza a subir. Así también comienza a subir el grado de alergias que me tuvo una semana bien complicada con eso de los estornudos, los ojos llorozos y la rinitis.
Pero lo más lindo que tiene septiembre es la llegada del 18. Claro, porque llega el 18 con la chicha, las empanadas, el rodeo, los asaditos y la platita extra que todas las empresas les dan a sus empleados que, particularmente en mi, genera un alivio hasta diciembre.
Me estoy llendo por las ramas y yo sé que ustedes quieren saber qué ha pasado con Mister Right.
Partamos porque no tengo la menor idea si el amigo llegó de Australia o no, si lo hizo, pues no fue invitada ni la Cata, ni la Chika y menos yo. Es más, ese fin de semana no lo ví ni supe de él.
Al fin se semana siguiente tampoco supe mucho de él que digamos, lo único bueno fue que nuestras conversaciones vía correo electrónico se incrementaron con el tiempo y fueron cambiando de temas desde los más idiotas a los más profundos.
A mi amigo se le ocurrió que sería buena idea hacer un asado con la Cata y compañía en la casa del hermano de la Cata, lo que a mí también me pareció una buena idea, al fin y al cabo el fin de semana del 18 comenzó el 14 y terminó el 19… demasiados días sin nada que hacer, un asadito más o un asadito menos en tantos días, a nadie le iba hacer daño.
Así que realizamos el asado el domingo 16… y el idiota no llegó porque, cuando al fin me contestó el teléfono, se había comprometido para otro asado. Me enojé y mucho, sobre todo porque la noche anterior lo había estado llamando y no me había contestado, a lo que yo le había enviado un mensaje de texto informándole. Por lo tanto no entiendo cómo se comprometió el mismo domingo por la tarde para ir a otro asado.
Moira: “Socia, el mino es gay”
Yo : “¿Tu creís?”
Moira: “Si no es gay, tiene compromiso con alguien, ya sea hombre o mujer”
Como yo ya no pongo las manos al fuego por nadie, el comentario de la Moira no me pareció tan tirado de las mechas. Todavía hoy día sigo teniendo la misma duda: será o no será gay?
Bueno, en el asado lo pasamos super bien. Los hermanos de la Cata y su cuñada se encargaron de hacerme reír toda la noche, realmente con ellos lo paso muy bien. Espero que esos encuentros se sigan repitiendo.
Al final, entre asado y asado, tuve la oportunidad de irme al departamento del muñeco el mismo 18 por la noche.
No me pregunten por qué pero siento que algo me faltó, a pesar de la botella de mango sour y la botella de vino blanco que nos tomamos entre los dos (menos mal que yo decidí andar en taxi ese día, hacía años que no tomaba tanto y que no me sentía realemente mareada producto del alcohol) Algo había distinto, no sé si en el ambiente, no sé si en su forma de tratarme o era yo quien estaba distinta. No lo sé, pero algo me faltó y no lo he vuelto a llamar desde ese día ni él me ha vuelto a buscar.
Cata: “¿Pero qué pasó?”
Yo: “No lo sé, él como siempre fue super nice conmigo”
Cata: “Pero de qué hablaron, qué hicieron…”
Yo: “Hablamos desde política, pasando por economía, hasta de las cosas más ridículas, imagínate que hasta me estuvo aconsejando con respecto a mi hermana”
Claro, porque, a todo esto, mi hermana mayor otra vez se dedicó a boicotearme y yo, medio pasada de tragos, me fui en lengua con él con respecto a mi problema con ella.
Es que el viernes 7 estuvo de cumpleaños Elio, el día sábado fueron todos a su casa a celebrarlo y yo no fui porque, simplemente, nadie mi avisó. Yo sólo sabía porque mi hermana se llenó la boca toda la semana con el cuento y de cómo se iba a ir, si le convenía o no toma un taxi, del vestido nuevo que se había comprado para la ocasión, etc, etc, etc…
Y yo… piolita no más porque nadie me dijo que también estaba invitada.
Durante la semana siguiente, justo antes del mega fin de semana, le pregunté qué iba hacer, dentro de todo lo que me dijo estaban compromisos con amigos de aquí y de allá pero no me nombró a la familia Caro, por lo que yo, cándidamente, le pregunté si sabía dónde iban a pasar ellos el 18 y me dijo que no tenía la menor idea.
Por esas cosas de la vida justo ese mismo día a media tarde me llaman para invitarme a un asado el día lunes en casa de Jazmín y, más encima, me preguntaron por qué no había ido al cumpleaños de Elio.
Yo: “No fui porque nadie me invitó”
Jazmín: “Pero cómo nadie te iba a llamar”
Yo: “Pues nadie lo hizo”
Jazmín:”Nosotros le preguntamos a tu hermana por qué no habías ido y nos dijo que no sabía”
Esa frase me hizo dudar mucho porque mi hermana nunca me dijo nada, nisiquiera me preguntó si yo iba a ir o no y, para ser sincera, me imaginé que Aldo le dijo que me avisara y ella no lo hizo. Puede que esté equivocada pero no me sorprendería si fue así.
Entonces no me quedaron ganas para ir a ese asado el día lunes, pensé que lo mejor que podía hacer era quedarme en mi casa, ver televisión y descansar porque el 18 tenía asado aquí en mi casa. Además que las ultimas veces que voy donde Jazmín y está mi hermana, yo no lo paso muy bien que digamos, porque cualquier cosa que yo diga u opine es rebatida inmediatamente por mi hermana.
En el fondo: estoy cansada que me desacredite en frente de los demás, no puedo bailar tranquila, no puedo cantar tranquila, no puedo hablar tranquila… era mil veces mejor quedarme en casa y descansar.
Pero este sábado estamos todos invitados a la casa de mi hermana, con mis papás incluidos… uy que susto… ¿qué ira a pasar?
Septiembre siempre es un mes de transición porque todo cambia, con la llegada de la primavera todo se pone más verde, los días se alargan y, lo más importante, la temperatura comienza a subir. Así también comienza a subir el grado de alergias que me tuvo una semana bien complicada con eso de los estornudos, los ojos llorozos y la rinitis.
Pero lo más lindo que tiene septiembre es la llegada del 18. Claro, porque llega el 18 con la chicha, las empanadas, el rodeo, los asaditos y la platita extra que todas las empresas les dan a sus empleados que, particularmente en mi, genera un alivio hasta diciembre.
Me estoy llendo por las ramas y yo sé que ustedes quieren saber qué ha pasado con Mister Right.
Partamos porque no tengo la menor idea si el amigo llegó de Australia o no, si lo hizo, pues no fue invitada ni la Cata, ni la Chika y menos yo. Es más, ese fin de semana no lo ví ni supe de él.
Al fin se semana siguiente tampoco supe mucho de él que digamos, lo único bueno fue que nuestras conversaciones vía correo electrónico se incrementaron con el tiempo y fueron cambiando de temas desde los más idiotas a los más profundos.
A mi amigo se le ocurrió que sería buena idea hacer un asado con la Cata y compañía en la casa del hermano de la Cata, lo que a mí también me pareció una buena idea, al fin y al cabo el fin de semana del 18 comenzó el 14 y terminó el 19… demasiados días sin nada que hacer, un asadito más o un asadito menos en tantos días, a nadie le iba hacer daño.
Así que realizamos el asado el domingo 16… y el idiota no llegó porque, cuando al fin me contestó el teléfono, se había comprometido para otro asado. Me enojé y mucho, sobre todo porque la noche anterior lo había estado llamando y no me había contestado, a lo que yo le había enviado un mensaje de texto informándole. Por lo tanto no entiendo cómo se comprometió el mismo domingo por la tarde para ir a otro asado.
Moira: “Socia, el mino es gay”
Yo : “¿Tu creís?”
Moira: “Si no es gay, tiene compromiso con alguien, ya sea hombre o mujer”
Como yo ya no pongo las manos al fuego por nadie, el comentario de la Moira no me pareció tan tirado de las mechas. Todavía hoy día sigo teniendo la misma duda: será o no será gay?
Bueno, en el asado lo pasamos super bien. Los hermanos de la Cata y su cuñada se encargaron de hacerme reír toda la noche, realmente con ellos lo paso muy bien. Espero que esos encuentros se sigan repitiendo.
Al final, entre asado y asado, tuve la oportunidad de irme al departamento del muñeco el mismo 18 por la noche.
No me pregunten por qué pero siento que algo me faltó, a pesar de la botella de mango sour y la botella de vino blanco que nos tomamos entre los dos (menos mal que yo decidí andar en taxi ese día, hacía años que no tomaba tanto y que no me sentía realemente mareada producto del alcohol) Algo había distinto, no sé si en el ambiente, no sé si en su forma de tratarme o era yo quien estaba distinta. No lo sé, pero algo me faltó y no lo he vuelto a llamar desde ese día ni él me ha vuelto a buscar.
Cata: “¿Pero qué pasó?”
Yo: “No lo sé, él como siempre fue super nice conmigo”
Cata: “Pero de qué hablaron, qué hicieron…”
Yo: “Hablamos desde política, pasando por economía, hasta de las cosas más ridículas, imagínate que hasta me estuvo aconsejando con respecto a mi hermana”
Claro, porque, a todo esto, mi hermana mayor otra vez se dedicó a boicotearme y yo, medio pasada de tragos, me fui en lengua con él con respecto a mi problema con ella.
Es que el viernes 7 estuvo de cumpleaños Elio, el día sábado fueron todos a su casa a celebrarlo y yo no fui porque, simplemente, nadie mi avisó. Yo sólo sabía porque mi hermana se llenó la boca toda la semana con el cuento y de cómo se iba a ir, si le convenía o no toma un taxi, del vestido nuevo que se había comprado para la ocasión, etc, etc, etc…
Y yo… piolita no más porque nadie me dijo que también estaba invitada.
Durante la semana siguiente, justo antes del mega fin de semana, le pregunté qué iba hacer, dentro de todo lo que me dijo estaban compromisos con amigos de aquí y de allá pero no me nombró a la familia Caro, por lo que yo, cándidamente, le pregunté si sabía dónde iban a pasar ellos el 18 y me dijo que no tenía la menor idea.
Por esas cosas de la vida justo ese mismo día a media tarde me llaman para invitarme a un asado el día lunes en casa de Jazmín y, más encima, me preguntaron por qué no había ido al cumpleaños de Elio.
Yo: “No fui porque nadie me invitó”
Jazmín: “Pero cómo nadie te iba a llamar”
Yo: “Pues nadie lo hizo”
Jazmín:”Nosotros le preguntamos a tu hermana por qué no habías ido y nos dijo que no sabía”
Esa frase me hizo dudar mucho porque mi hermana nunca me dijo nada, nisiquiera me preguntó si yo iba a ir o no y, para ser sincera, me imaginé que Aldo le dijo que me avisara y ella no lo hizo. Puede que esté equivocada pero no me sorprendería si fue así.
Entonces no me quedaron ganas para ir a ese asado el día lunes, pensé que lo mejor que podía hacer era quedarme en mi casa, ver televisión y descansar porque el 18 tenía asado aquí en mi casa. Además que las ultimas veces que voy donde Jazmín y está mi hermana, yo no lo paso muy bien que digamos, porque cualquier cosa que yo diga u opine es rebatida inmediatamente por mi hermana.
En el fondo: estoy cansada que me desacredite en frente de los demás, no puedo bailar tranquila, no puedo cantar tranquila, no puedo hablar tranquila… era mil veces mejor quedarme en casa y descansar.
Pero este sábado estamos todos invitados a la casa de mi hermana, con mis papás incluidos… uy que susto… ¿qué ira a pasar?
Comentarios
De verdad.
Un abrazo de los grandes.